Un avance tecnológico basado en una sal comestible podría revolucionar la fabricación de paneles solares, haciendo que su elaboración sea más económica y segura. El descubrimiento, que parte de un estudio realizado en la Universidad de Liverpool, implica un progreso importante ya que el costo es un gran obstáculo para la proliferación de la energía solar.
El estudio fue liderado por el Dr. John Major, investigador del Instituto Stephenson de Energías Renovables de la Universidad de Liverpool. Su trabajo reveló que el cloruro de magnesio, químico utilizado para hacer tofu y sales de baño, puede reemplazar el cloruro de cadmio que se utiliza hoy en día para fabricar las celdas solares. Este último es extremadamente tóxico y caro, con lo cual el hallazgo permite a la vez abaratar y hacer más segura esta tecnología.
"Si la energía renovable va a competir con los combustibles fósiles, entonces el costo deberá bajar. Se han hecho grandiosos avances, pero los descubrimientos de este estudio tienen el potencial de reducir los costos aún más", explicó Major.
El cloruro de cadmio es un elemento fundamental en la fabricación de celdas solares hoy en día, ya que permite aumentar su eficiencia por encima del 15%. Sin embargo, este componente es altamente tóxico y puede causar cáncer de pecho, enfermedades cardiovasculares o alteraciones genéticas. Si alcanza el ciclo del agua, puede contaminar la fauna acuática durante generaciones. También es muy caro de producir, ya que requiere elaboradas medidas de seguridad para proteger a los trabajadores. Además, hace que los paneles requieran un tratamiento especial cuando se dañan.
Major explicó que lo primero que probaron en la búsqueda de una alternativa menos tóxica fue la sal de mesa, pero la eficiencia obtenida no fue buena. En cambio, el cloruro de magnesio permite que las celdas alcancen la misma efectividad que se logra al aplicar cloruro de cadmio. El componente se extrae del agua de mar y se utiliza actualmente en productos tales como el tofu y las sales de baño. También se lo emplea para descongelar las carreteras.
Si bien aún no es posible estimar qué tanto se reducirán los costos, el valor del cloruro de magnesio a escala industrial es de 0,001 euros por gramo, 300 veces más barato que el compuesto tóxico. Además, al utilizar un producto que no es tóxico, desechar los residuos será mucho más sencillo y económico.