Por Florencia Gallino (@sitopia.ar)*
Una de las claves del cultivo orgánico es la elección de las semillas. En términos generales, están las semillas ancestrales y criollas, las semillas tratadas, las semillas híbridas y las semillas transgénicas. Veamos las características de cada una.
- Semillas ancestrales
Son las que se han desarrollado en esta tierra durante miles de años. Están completamente adaptadas al clima y condiciones de la zona.
- Semillas criollas
Son especies que se han traído de otros lugares y se han aclimatado a esta región. Estas semillas son de polinización abierta, ya que con mecanismos de la naturaleza se reproducen y siempre dan descendencia.
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- Semillas tratadas
Han sido pasadas por algún tratamiento químico para mayor durabilidad o protección. Se pueden identificar fácilmente porque al comprarlas veremos que en el sobre dice “tóxica, no ingerir”. También pueden tener algún color extraño, como amarillo, verde, azul, rojo o rosa flúor.
Cultivando orgánicamente durante tres generaciones una semilla tratada, ya se limpia y se considera una semilla orgánica.
- Semillas híbridas
Son semillas que se han creado manualmente, cruzando dos especies y creando una especie nueva. En el caso de los tomates hay muchos que son híbridos. Pueden ser orgánicas, pero no son de polinización abierta. Esto quiere decir que no se dan espontáneamente en la naturaleza y que no se las puede reproducir. Cuando una semilla es híbrida, el sobre suele decir F1 o F2.
- Semillas transgénicas o genéticamente modificadas
Se les agrega un gen de otra especie (vegetal o animal) para que cuando se desarrolle tenga una capacidad extra, como por ejemplo resistir una plaga, tener mayor vida de anaquel o resistir un herbicida.
Las más comunes son las resistentes al herbicida glifosato y las que tienen el gen BT, que es una toxina que mata a los insectos que las muerden. Estas últimas son un gran riesgo, ya que estamos experimentando genéticamente con procesos que tardan cientos de años en auto-perfeccionarse a través de la evolución. Intervenir de esta forma puede desequilibrar y poner en serio riesgo los ecosistemas, además de nuestra salud.
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¿Qué se usa?
En agroecología se trabaja con semillas ancestrales y criollas. En agricultura orgánica, además de estas, se usan semillas híbridas. En agricultura industrial se usan todo tipo de semillas, pero se enfocan en las transgénicas y tratadas.
Cuando compres semillas, siempre asegúrate de mirar:
-Fecha de vencimiento
-Su origen (donde fue producida)
-Si es orgánica o híbrida o tratada o transgénica
Lo ideal es comprar una sola vez las semillas, y después empezar a producir nuestra propia semilla, garantizando así la pureza de la planta y su adaptación a nuestra región.
* Florencia Gallino se dedica a promover la conciencia ambiental dentro de la ciudad. Fundadora del proyecto Sitopia, hace años que promueve el cultivo, el compost, y la sustentabilidad urbana. A través de comunicación, talleres, diseño y mantenimiento de espacios comestibles, y acciones colaborativas, Florencia busca inspirar a todos para que empiecen a comer de sus propias macetas y jardines.