Aunque muchas veces se relaciona con el misticismo o la religión, la verdad es que la meditación es un ejercicio intelectual a través del cual se potencian la atención y la conciencia plena.
Es una manera de acallar la mente, liberarla del bullicio del día a día, y limpiarla para hacerla más creativa.
Hay distintas maneras y ejercicios para meditar, que permiten concentrarse en distintos aspectos de la vida para mejorarlos.
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En este caso, te presentamos un ejercicio de visualización. Se llama así porque justamente se trata de atacar un problema a través de visualizarlo en una situación específica.
Se trata de observar tu miedo más grande, o aquella situación que te tiene mal, incómodo, y lograr dejarla atrás.
1. Prepárate
En primer lugar, como con cualquier ejercicio de estas características, debes buscar un sitio que te resulte cómodo y relajado. Aunque puedes hacerlo en cualquier lugar o situación, para conseguir mejor concentración es mejor estar en un espacio acorde.
2. Visualiza
Respira normalmente.
Imagina que estás sentado cómodamente al aire libre, en el parque, la playa o el sitio que te guste más. Visualízate intensamente en esa situación.
Ahora, visualiza delante de ti, a sólo unos centímetros de distancia, a aquella situación o persona que te genera malestar y miedo. Que quieres soltar porque necesitas seguir adelante.
En la visualización, mete a la persona o situación dentro de una bola de luz blanca. También pon dentro de la bola de luz las sensaciones que eso te genera.
Mantén fija la mirada en la bola de luz blanca durante varios segundos. Hazlo hasta que te sientas convencido de que todo lo que se tiene que ir está bien metido dentro de la bola de luz.
3. Despídete de tu miedo
Cuando haya llegado el momento, visualiza a la bola de luz blanca elevándose hacia el cielo.Síguela con la vista, prestando atención a cómo todas esas sensaciones negativas se alejan de ti.
Con las palabras que salgan de tu corazón, dile al Universo que le entregas un presente, un regalo,pues esa bola de luz blanca no será una carga para el Universo como lo era para ti.
Dile al Universo que le entregas esa situación que te genera dolor, que te consume la energía, para que los trate, los recicle, y los devuelva a la tierra con todo lo bueno que tienen.
Quédate unos instantes respirando lentamente y sintiendo el vacío que dejó delante de ti la bola de luz blanca.
Para finalizar, dile gracias al Universo por trabajar y reciclar esa carga que no querías llevar.
Recuerda que este ejercicio, como todos los ejercicios de meditación, no cambiará las cosas de un momento a otro.
Lo mejor que puedes hacer es practicarlo con constancia cada día. Verás cómo aquella situación o miedo cada vez tiene menor incidencia en tu vida.
¿Qué te ha parecido?