Imagina estar tan cerca de una mantarraya que casi puedes tocarla mientras navega suavemente por el agua. De repente, se aleja, desplegando un elegante barril en su camino. Sin embargo, no está sola en este cortejo. Dos machos compiten, ansiosos por demostrar su destreza y conquistar a la hembra.
Este extraordinario espectáculo subacuático ha sido capturado gracias a las Crittercams, cámaras con sensores de profundidad y temperatura que se adhieren a las mantarrayas. El adhesivo que mantiene estas cámaras en su lugar es sorprendentemente simple: mantequilla de cacahuete. Este innovador método permite a los científicos observar y comprender el comportamiento de estas elusivas criaturas cuando no hay humanos presentes.
El estudio documenta uno de los cortejos de mantarrayas a mayor profundidad jamás registrados. Para obtener estos datos, se colocaron cámaras en 26 mantarrayas, 16 de arrecife (Mobula alfredi) en las Maldivas y 10 mantarrayas oceánicas (Mobula birostris) en México. Cuatro mantarrayas de arrecife en el atolón Raa de las Maldivas fueron observadas durante su cortejo a profundidades que oscilaban entre los 25 y 66 metros.
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Nicole Pelletier, directora del proyecto en Manta Trust, analizó aproximadamente 40 horas de metraje. Su minuciosa labor implicó examinar cada video en detalle, marcando cada fotograma en un proceso que requirió más tiempo que todas las películas de Harry Potter juntas.
Este estudio no solo arrojó luz sobre el comportamiento de las mantarrayas en aguas profundas, sino que también reveló nuevas conductas, como el hábito de las mantarrayas de abrazar el lecho marino, posiblemente para reducir el riesgo de depredación o mejorar la hidrodinámica de su nado. Sin embargo, lo más impactante, según Pelletier, es la capacidad de observar el cortejo "desde la perspectiva de los animales".
Michelle Carpenter, bióloga marina de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, elogió este "asombroso" descubrimiento y subrayó la importancia de la tecnología para desentrañar los misterios de estas criaturas inteligentes y complejas.
Aunque investigaciones anteriores habían proporcionado información valiosa sobre el comportamiento de las mantarrayas, las observaciones en el agua están limitadas a la profundidad alcanzada por los buceadores recreativos, alrededor de 39 metros. Las Crittercams, por otro lado, brindan un acceso sin precedentes a lugares inexplorados.
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Estas cámaras, inventadas por el biólogo marino y explorador de National Geographic, Greg Marshall, en 1986, se adhieren al cuerpo de los animales, lo que les permite filmar su comportamiento de manera discreta. Sin embargo, adaptar estas cámaras a las mantarrayas resultó complicado, ya que las ventosas no se adherían a las escamas cubiertas de mucosidad de estos animales. Finalmente, encontraron una solución inusual: mantequilla de cacahuete.
Estos hallazgos iniciales abren la puerta a futuras investigaciones que utilicen cámaras de 360 grados para explorar aún más los comportamientos de las mantarrayas. El conocimiento adquirido sobre estos animales puede contribuir a su conservación y promover una mayor conciencia sobre la importancia de proteger sus hábitats, tanto en aguas poco profundas como en aguas profundas.
Fuente: NatGeo.