Si eres de esas personas de espíritu inquieto y curioso para los "por qué" no han quedado planteados solo en la infancia, quizás alguna vez te hayas detenido a observar plantas o animales a tu alrededor, intentando comprender su comportamiento. Tal vez, entonces, en alguna oportunidad te llamaron la atención que, además de la gran variedad de tamaños, aromas, hojas, tallos y colores de las plantas, hay un tipo de ellas que genera quizás, un poco más de curiosidad respecto de las demás: las carnívoras.
¿Cómo puede ser que una planta no solo necesite el agua y el sol para realizar la fotosíntesis y, mediante ella, poder alimentarse? En esta nota, tu misterio estará resuelto y la próxima vez que alguien (¡incluso un niño!) haga la pregunta, tú sabrás qué responder.
A diferencia de otras, las plantas carnívoras satisfacen sus necesidades nutricionales capturando y consumiendo insectos como las arañas o las hormigas. Las atraen, en general, mediante un aroma dulce o el color de sus hojas, y luego las atrapan con diferentes mecanismos, como el de cierre sobre el insecto. Muchas poseen hojas resbaladizos en el interior o pellilos que impiden que el insecto se escape. Luego, la planta producen enzimas o bacterias digestivas que lo descompone para absorber sus nutrientes.
¿Por qué lo hacen?
En general, estas plantas crecen en sitios de suelo pobre o ácido, en especial, de nitrógeno, como los pantanos. Los insectos les permiten, entonces, obtener los nutrientes que no encuentran en la tierra.
Lo más curioso es que, a pesar de que alrededor de 630 especies son de este tipo, la mayoría de los linajes han evolucionado por separado, pero con los mismos mecanismos para digerir insectos. Esto, según se cree, podría significar que las vías para transformarse en una planta carnívora son limitadas e implicaría la adaptación de genes y proteínas asociadas con la defensa de ciertas enfermedades y brindarles una nueva función.
Su funcionamiento fue siempre tan alucinante que incluso el mismo Charles Darwin estudió estos mecanismos en el 1800.
El mundo de las plantas carnívoras es extraordinariamente diverso, y cada una tiene su peligroso encanto. ¿Qué opinas tú?