Cuando Constanza Connolly o "Connie" terminó la secundaria y se decidió a estudiar derecho, lo que resonaba en su corazón eran las ganas de ayudar a los demás: "Para mí fue muy claro: el abogado es la persona que por ley tiene el acceso a la justicia y este rol es muy importante para la sociedad porque, en ese momento, como también ahora, pensaba que todos tenían que tener los mismos derechos y sin embargo no era así", explica Connie recordando ese momento.
Luego de recibirse comenzó a trabajar en el Estudio Beccar Varela donde se desarrolló asesorando a compañías, asociaciones civiles y fundaciones tanto grandes como muy pequeñas, y de todas partes del mundo. Pero la puerta de entrada hacia el mundo de la sustentabilidad apareció, para ella, de la mano de "Sistema B".
"Sistema B es una organización sin fines de lucro que busca fomentar las empresas de triple impacto o con propósito. Éstas son compañías que se crean para dar solución a problemas sociales y ambientales a través de un negocio. Usan la fuerza del mercado para producir el impacto. Por ejemplo, el caso de los chicos de Mendoza. Xinca, que es una empresa que busca dar solución a problemas ambientales (usa reciclaje para hacer el calzado) y da empleo a personas privadas de su libertad", explica Connie.
Tanto le apasionó esa visión que junto con un grupo de abogados con su misma vocación de servicio, crearon un equipo (Grupo Jurídico B en Argentina) para encontrar una figura legal apropiada para identificar, reconocer y promover esa nueva manera de hacer negocios. Juntos se pusieron al hombro la presentación de un proyecto de ley en Argentina, que se encuentra para dictaminar en la Comisión de Legislación General de la Honorable Cámara Nacional de Diputados, que tiene como fin dar protección legal e impulsar el desarrollo de las Empresas B (Empresas de Beneficio e Interés Colectivo).
Hoy Connie es asociada senior del Estudio de Abogados Beccar Varela; trabaja con el diseño de sociedades, start ups y emprendedurismo, y también negocios inclusivos que buscan impacto positivo social y ambiental. Además sigue asesorando en la constitución de asociaciones civiles y fundaciones, con ese mismo espíritu inicial que la hizo comenzar el camino de unir su profesión con la posibilidad de hacer del mundo, un lugar mejor.
La clave es emprender
Para ella, "el emprendedurismo es el futuro": "El empleo como lo conocemos hoy va a dejar de existir y es fundamental que las personas aprendan a emprender. Mi foco está en el emprendedurismo de triple impacto donde no importa solo la rentabilidad sino que en las decisiones que se toman y el desarrollo del negocio debe tenerse en consideración el impacto social y ambiental. Hoy muchos jóvenes están convencidos que ésta es la manera en que deben realizarse los negocios y buscan ser parte de organizaciones o emprender con impacto social y ambiental positivo, y eso es algo que hay que seguir fomentando".
Quitándole los prejuicios a la abogacía
La historia de Connie es un ejemplo que pone en cuestión los mitos que giran alrededor de la abogacía y que demuestra que el interés social puede unirse a cualquier profesión y crear un impacto positivo.
Para ella, el rol del abogado ha ido cambiando y ha llegado la hora de unir dos cuestiones que parecen ser opuestas: el derecho y la sustentabilidad.
"Creo que el derecho como profesión ha sido muy criticado, pero estoy convencida que el rol del abogado es muy importante para producir el cambio que necesitamos como sociedad", señala Connie, y agrega: "El derecho puede ser un aliado porque para realizar acciones sustentables hay que conocer el marco regulatorio. Pero, para muchas organizaciones, prevenir el daño generalmente significa simplemente asegurar el cumplimiento de la legislación vigente, y yo creo que éste es sólo el punto de partida. Adoptar un enfoque más proactivo de la sostenibilidad - ir más allá de lo que la ley requiere - y buscar formas de agregar valor real al ambiente y a la sociedad trae importantes beneficios a las empresas y, en última instancia, mejora la rentabilidad final".
Para ella, el derecho y la sustentabilidad aún no se han maridado lo suficiente. Si bien se ha desarrollado, por ejemplo, la especialidad de derecho ambiental, ésta no tiene en cuenta el impacto social. "Nosotros estamos pensando y desarrollando una especialidad de asesoramiento corporativo sustentable donde se analice en el asesoramiento legal el impacto en la sustentabilidad. Los objetivos de desarrollo sostenible nos han marcado una agenda global y los abogados debemos tomar un rol activo en la misma", señala.
La historia de Connie demuestra que el derecho sí puede contribuir a la sustentabilidad: "Esta nueva mirada sustentable me transformó, redescubrí mi vocación y siento que desde mi profesión, desde mi lugar y con mis aprendizajes de todos estos años, puedo ayudar a generar impacto y así poder hacer nuestra sociedad más sostenible".
Y es desde allí que aconseja: "Sea donde sea que estén trabajando por la sustentabilidad, piensen al derecho como un aliado, como un actor que les puede abrir oportunidades para vehiculizar legalmente ideas maravillosas. Tenemos el desafío de contagiar esta mirada sostenible y constructiva para los que ganemos seamos todos".
¡Súmate vos también a esta visión!
Cada año desde 2013, los Premios TrustLaw han reconocido a un abogado o equipo de abogados que han ido más allá del deber de proveer apoyo pro bono en un proyecto y que fueron nominados por una ONG o empresa social. Connie ha sido este año postulada por Libertate, una empresa social de inclusión en la Categoría “Lawyer of the Year” en reconocimiento al compromiso social y excelencia en la labor profesional, siendo la única abogada de argentina y latinoamericana en estar entre los 5 finalistas.
Antes del 25 de agosto, puedes entrar a este link, votar por ella y así seguir apoyando a que existan más Connies y más empresas con propósito en todo el país y en el mundo. ¡Súmate!