Vivimos en un mundo obsesionado con categorizarlo todo. “Si no eres A, eres B, y si no X”. Si no eres introvertido, entonces obligatoriamente eres extrovertido. Es cierto que algunas personas entran en alguna de esas dos categorías,.
Las personas somos demasiado dinámicas para que nos encierren dentro de en una sola categoría.
Ya todos hemos escuchado sobre las personas extrovertidas e introvertidas, ¿cierto? Los extrovertidos son extremadamente sociables, les encanta estar en la compañía de otros y ser el centro de atención.
Por su parte los introvertidos disfrutan más de la soledad y escuchan más de lo que hablan, sin que necesariamente esto sea algo negativo.
Ahora, de los que probablemente no has escuchado es de los ambivertidos, las personas que son tan extrovertidas como introvertidas y tienen personalidades más equilibradas.
Los ambivertidos son lo mejor de los dos mundos: son sociables pero no exigen el centro de la atención, necesitan tiempo a solas para recargarse pero no se aíslan del mundo, es decir, son capaces de ajustar su comportamiento acorde con la situación.
Lo más curioso del caso es que en realidad la mayoría de las personas del mundo son ambivertidas, aproximadamente dos tercios de la población tiende al equilibrio, y el otro tercio lo comparten las personas extrovertidas e introvertidas.
Esto significa que puede que tú seas ambivertido y siempre te hayas identificado con los introvertidos o extrovertidos. La verdad es que todos deberíamos tratar de ser ambivertidos, porque como dijo Daniel Pink, un autor reconocido: “Es como ser bilingüe”.
Cuando puedes adaptarte a todas las situaciones sociales, es como si pudieras cambiar del inglés al español sin ningún problema, y esto te ayudará a alcanzar el éxito en la vida.
No es que estemos hablando mal de los extrovertidos ni de los introvertidos, pero tener personalidades menos equilibradas puede causarnos problemas a la hora de adaptarnos.
Por ejemplo, los extrovertidos pueden abrumar a los demás con la fuerza de su personalidad, mientras que los introvertidos a veces se anulan a sí mismos con su timidez.
La idea es que seas una persona fluida. Debes ser capaz de aprender a reconocer el contexto y ajustar cuando sea necesario. Dóblate, pero no te quiebres.