Hay personas que son asertivas comunicándose. Que saben cuándo decir que sí, cuándo decir que no, y nunca se sienten mal por ello. Saben expresar sus sentimientos y sus intenciones, y todo el mundo los comprende.
Lo cierto, es que no es la mayoría. En general, nos cuesta expresar lo que deseamos, generalmente porque nos sentimos presionados por el entorno. Deseamos ser aceptados y queridos, y por eso, terminados cediendo a los deseos de otros.
Una muestra clara de esto es que, generalmente, cuesta mucho decir que no. Negarnos a los deseos o pretensiones de los demás nos hace sentir culposos. Además, para no tener que soportar la insistencia y la presión de los demás, creemos que decir que sí es más fácil. Es “sacarse el problema de encima”.
La realidad es que no es así, y decir siempre que sí termina convirtiéndonos en esclavos de los deseos de otros que no son los nuestros. Por eso, aprender a decir que no es importante y estos consejos te ayudarán a lograrlo sin sentir culpa.
1. Escúchate y priorízate
Cuando vives aceptando las exigencias de todo el mundo, te olvidas un poco de ti mismo. Dejas de escuchar tu voz interior, para pasar a escuchar lo que dicen otros.
Si te tomas un momento ahora mismo para pensar qué quieres hacer, ¿Dirías que es lo que estás haciendo en este momento?
Para aprender a decir que no, primero debes tener muy en claro qué es lo que quieres. Fortalecerte interiormente y tomar una decisión: a partir de ahora, serás tu propia prioridad. Después de ti viene el resto del mundo, con sus demandas.
Tú eres importante, tus deseos son importantes, y debes tenerlo muy en claro.
2. Acepta que no puedes con todo
En relación a lo anterior, esto es muy importante también. A veces, terminamos diciendo que sí a ciertos requerimientos porque sentimos que no serán demasiado pesados. Que es algo que podremos manejar.
Pero nadie puede con todo, y para manejar los problemas de los demás tienes que sacarte de encima otras cosas. Generalmente, tus propios deseos.
Recuerda tu día tiene 24 hs. como el del resto de los mortales; y que tienes una sola vida. No te cargues con más cosas de las que puedes afrontar.
3. Sé proactivo
Muchas veces decimos que sí a reclamos externos que podríamos haber evitado de haber sido proactivos. Por poner un ejemplo: tal vez podrías haber evitado ir a la reunión del viernes, si el martes hubieras mandado por mail tus progresos y consultas.
Muchas veces tenemos una actitud reactiva, que nos obliga a estar siempre detrás de los hechos, y asumiendo compromisos porque no sabemos cómo salir de ellos. En cambio,si te adelantas a los hechos y actúas proactivamente en aquello que te interesa, te sentirás menos culpable si luego dices que no.
4. No exageres las disculpas y explicaciones
Si vas a decir que no, debes decirlo con confianza. Si das demasiadas explicaciones, o exageras las disculpas, tu no pierde fuerza. Por un lado, te vuelves más susceptible a que intententen hacerte cambiar de idea. Pero además, todo parecerá una excusa.
Sé amable, pero firme. Con un “lo siento, pero no podré ayudarte con eso” alcanza. No digas que es porque estás cansado, porque tienes mucho trabajo, o porque operaron a tu abuelita. Simplemente di que no.
Muéstrate seguro, y verás que no es tan grave.
5. Sé rotundo pero no agresivo
En relación al punto anterior, es importante distinguir entre ser rotundo y ser agresivo. Reaccionar agresivamente puede resultar hiriente para el otro, y generar una tensión innecesaria.
Realmente, decir que no implica simplemente que te estás priorizando, no tiene nada de malo. Si eres honesto y dices las cosas de buena manera, no hay necesidad de generar enojos.
6. Distingue el “no abierto” del “no cerrado”
Puede que un día quieras decir que no a algo que tal ves sí harás más adelante. Como aceptar conocer a los padres de tu novia, una responsabilidad más en el trabajo, o lo que sea. Se trata de un "no abierto". Es decir: ahora es no, pero quizá sea un sí luego.
Pero debes tener muy en claro que, cuando el no es cerrado (es decir, cuando no hay posibilidades de cambiar de opinión en el futuro), debe quedar muy claro. ¿No es suficiente decir que no una vez? ¿Quieres seguir estando en esa situación?
Muchas veces dejamos, sin querer (o por miedo), la posibilidad de un sí. Es decir, dejamos el "no" abierto. Pero debes saber que si lo haces, la otra persona probablemente insistirá más adelante. ¿Por qué dejar la expectativa abierta de algo que saber que no va a suceder?
Ser claro es fundamental para poder decir que no tranquilo.
¿Qué te ha parecido? ¿Te cuesta decir que no?