Según se publicó en la revista científica Nature, un conjunto de fósiles llamados estromatolitos con una antigüedad de 3700 millones de años fue encontrada en Groenlandia, en una zona antes inaccesible, pero que quedó al descubierto como consecuencia del calentamiento global.
Los fósiles estromatolitos más antiguos hasta el momento se habían hallado en Australia y databan de 3500 millones de años. Por eso el nuevo descubrimiento es la prueba más antigua de vida en la Tierra hasta ahora encontrada. Se cree que la vida en el planeta comenzó hace 4000 millones de años, y con este hallazgo esa teoría se hace más viable.
Los estromatolitos no son criaturas fosilizadas, sino depósitos de minerales que funcionan como evidencia de la existencia de microorganismos vivos.
Uno de los datos más sorprendentes del hallazgo es que las condiciones de temperatura de la Tierra, sus suelos y la atmósfera, hace 3700 millones de años, eran bastante similares a las condiciones de la superficie de Marte. Por eso, si hubo vida en la Tierra en ese momento, pudo haberla habido en Marte también.
Aunque este descubrimiento científico es sorprendente y nos permite saber más sobre los misterios de la Tierra y de la vida; y también avanzar sobre las investigaciones de los planetas vecinos, hay que tener en cuenta la parte negativa de la noticia: los estromatolitos se hicieron accesibles para los científicos debido al derretimiento de hielos ocurrido por el calentamiento global.
Si el planeta se sigue calentando a pasos agigantados, y no hacemos nada para revertirlo, poco sentido tendrá ya investigar sobre la aparición de vida en el pasado... Porque no habrá futuro posible que podamos construir.
¡No dejemos que eso pase y sigamos haciendo visible la problemática del calentamiento global y ayudando, desde nuestro lugar, a reducirlo!