Según cifras de la ONU, en el 2016 la población mundial creció a 7.400 millones de personas; un 1, 1% más que el año anterior.
Recientemente, un estudio publicado por la organización Population Reference Bureau (PRB) señala que para el año 2050 habrá 9.900 millones de personas habitando el planeta y, de seguir así, se superarán los 10 millones para el 2053; una cifra que enciende una luz de alarma.
Al haber más población, el entorno, los servicios y la calidad de vida se ven empeorados: pérdida de biodiversidad, explotación de recursos, escasez de alimentos y pobreza son algunos de los problemas que podrían agravarse aun más. A esto se lo conoce con el nombre de superpoblación y ocurre justamente cuando se produce una elevada densidad poblacional.
Además, "A pesar de la disminución de las tasas de fertilidad en todo el mundo, se espera que el crecimiento demográfico siga siendo elevado en las próximas décadas, hasta alcanzar una población global de 10.000 millones poco después del 2050”, señala un especialista norteamericano.
Según las proyecciones previstas, la población asiática y americana seguirá expandiéndose pero a un ritmo menor, la población de África se duplicará y Asia sumará alrededor de 900 millones de habitantes. Por otro lado, la suma de población de los 48 países "sub-desarrollados" se duplicará también. La europea, por el contrario, en países como España, Alemania o Rumanía, disminuirá. Cabe preguntarse, en este punto, si la proyección tendrá que ver también con las políticas restrictivas hacia los inmigrantes.
A su vez, la proyección del aumento de población africana indicaría que la presión migratoria sobre Europa tampoco descendería; siendo una alerta sobre los posibles conflictos sociales que puedan surgir.
Además, otros datos como que cada año mueren 5,2 millones de niños en el mundo, o que la media es de 526 personas por Km2 de tierra cultivable (238 en los países más desarrollados y 697, en los menos desarrollados) nos invitan una vez más a cuestionarnos el rumbo que está tomando el mundo en que vivimos e intentar, desde cada lugar, construir un paradigma diferente que no siga en la ecuación de mayor población, más desigualdad.