Lamentablemente, el mundo acaba de perder a otro oso polar, y otra vez como causa de la cruel práctica del cautiverio. Esta vez en el Tierpark de Berlín, Alemania, uno de los zoológicos más famosos de la capital, donde la cría pasó sus primeros 26 días de vida antes de fallecer por deshidratación, según los encargados.
Según los cuidadores, la pequeña osezna falleció por deshidratación, ya que bebió muy poca leche de su madre Tonja en sus últimos días de vida. "A pesar de que sabíamos que la tasa de mortalidad en estos animales es muy alta en las primeras semanas, estamos deprimidos y entristecidos", ha señalado en un comunicado el responsable de los osos polares del centro de animales, Florian Sicks. Sin embargo, no han reflexionado sobre las consecuencias que tiene el cautiverio para la salud de los animales.
La pequeña, que aún no tenía nombre oficial, no había sido revelada públicamente a los visitantes, pero desde su nacimiento el 7 de diciembre el zoológico celebró su nacimiento en las redes sociales y publicó varios videos en sus cuentas oficiales que se volvieron muy populares entre los ciudadanos.
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El 28 de diciembre abrió sus ojos por primera vez y los cuidadores tenían esperanzas, pero el 1 de enero su cuerpo sin vida fue visto por las cámaras de seguridad.
En marzo, también murió en el zoológico primer hijo de Tonja, Fritz, cuyo nombre fue elegido por 10.000 berlineses.
Los osos polares son una especie considerada “Vulnerable” desde 2008 por la pérdida de su hábitat natural, el hielo del mar Ártico, causada por el cambio climático. El cautiverio, para ellos, es terrible, porque en ningún otro lugar es posible recrear el hábitat congelado que necesitan.
Se estima que hay entre 22.000 y 31.000 osos polares en total, y su conservación es un tema urgente para organizaciones como la World Wildlife y otras, lo que hace noticias como esta aún más preocupante.