Por tercer año consecutivo, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Argentina emitió el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, en el que se reúnen los datos de mujeres asesinadas por cuestiones relacionadas a la violencia de género. En 2016, 254 mujeres fueron asesinadas en ese país; 19 más que el año anterior. A causa de esos asesinatos, más de 244 niños y niñas quedaron sin madre.
En ese contexto, el poder legislativo argentino aprobó una ley que hace tiempo era reclamada por diferentes organizaciones en Argentina: una normativa que quita a los femicidas los derechos sobre sus hijos.
La ley indica la pérdida de la responsabilidad parental para los padres acusados de femicidio, es decir, que hayan asesinado a mujeres, que en general son las propias madres de sus hijos; y también para quienes hayan abusado de sus hijos.
Es decir que la privación de responsabilidad parental se dará en los casos de condenados por homicidio agravado por el vínculo, femicidios, lesiones gravísimas contra el otro progenitor o contra un hijo, y abuso sexual contra un hijo.
El texto de la ley explica la situación que esos niños viven y por la que se decide quitar el derecho y responsabilidad de su cuidado a los padres, para otorgarlos a otras personas que puedan cuidarlos de forma responsable y darles otra calidad de vida:
“Los niños y niñas víctimas del Femicidio deben sobrevivir al horror, han sido víctimas de la violencia y testigos del asesinato de la propia madre. Han convivido con la violencia extrema, en muchos casos la han padecido físicamente, sexual y en todos los casos psicológicamente. La vivencia del asesinato de la propia madre a manos del padre constituye un trauma severo. La situación se vuelve desoladora no solo porque pierden a su madre sino también a su padre, quien estará ausente, por encontrarse prófugo, suicidado o preso. Es indispensable que el padre que asesinó a su madre quede privado de cualquier decisión y contacto respecto de ellas y ellos”.
En Argentina, durante los últimos años los casos de violencia hacia las mujeres se visibilizaron, y por eso se promovieron los registros de datos al respecto y las leyes para cambiar esas realidades. Varias marchas multitudinarias y dos paros de mujeres pusieron el tema en debate en los medios de comunicación, y se busca seguir llamando a la conciencia.