Tómate unos minutos para observar a tu alrededor y hazte esta pregunta: ¿Cuáles de las cosas que me rodean, realmente las necesito y son imprescindibles?
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Vivimos en un sistema que nos ha enseñado a consumir desmedidamente. Nos vemos desbordados cada día por la cantidad de estímulos que recibimos. Nos han convencido sobre una idea bastante tentadora: necesitamos más para ser felices. Si reflexionamos tan sólo unos minutos, nos daremos cuenta de que esto no es así.
El documental "Minimalismo, las cosas importantes" que está disponible en Netflix, nos ayuda a cuestionarnos nuestros hábitos de consumo.
¿Qué es el minimalismo?
Todos hemos escuchado la conocida frase “menos es más”. El minimalismo, en definitiva, se trata de eso: ser capaces de vivir con poco. Es una filosofía de vida simplista que busca reducir las pertenencias materiales, despojarse de los excesos y vivir con lo verdaderamente esencial e indispensable.
Vivir de una manera minimalista es sinónimo de vivir de una manera más genuina y sensata. Es ir más allá de las cosas superfluas y dar cabida a lo realmente importante de la vida.
Esta filosofía no solo se aplica a los objetos, sino también a lo que consumimos a través de las redes, a quiénes seguimos, qué programas de televisión vemos y hasta las relaciones que tenemos. Esto último, por ejemplo, no significa tener menos amigos. Por el contrario, enfocar nuestra energía en aquellos vínculos que nos hagan crecer y nos sean nutritivos.
Minimalismo: las cosas importantes.
Este documental, de una hora y media de duración, expande nuestro conocimiento sobre el minimalismo y a su vez nos hace reflexionar y repensar nuestras acciones. La película- documental busca responder por qué esta filosofía está tan en auge y ha sido adoptada por diferentes personas alrededor del planeta.
Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus son los protagonistas del mismo. Son un par de amigos íntimos, que a sus treinta años, dejaron atrás todo el éxito profesional que habían alcanzado a partir de sus carreras y trabajos y decidieron dar un vuelco a su vida: volverse minimalistas.
Si bien, cada uno partió desde distintas experiencias y razones para tomar dicha decisión, se vieron unidos por una misma cuestión: estaban cegados por el “sueño americano”, creyendo que éste los iba a llevar a la felicidad.
Todo el mundo los llamaba exitosos. Habían ascendido en sus trabajos, tenían una casa enorme de tres dormitorios, un auto lujoso. Sin embargo sentían un gran vacío. Vacío que comenzaron a llenar con cosas, autos cada vez más lujosos, nuevos electrodomésticos, muebles y objetos de decoración, prendas costosas y lo último en tecnología. En definitiva, a medida que ganaban más dinero, gastaban aún más.
Sus vidas dependían de un sueldo: vivían para un sueldo y para comprar cosas. Cuanto más se acercaban a ese ideal del sueño americano, cuanto más conseguían mejores puestos en sus trabajos y ganaban más dinero, más lejos de sentirse felices estaban. No tenían pasiones ni proyectos.
Tras una serie de sucesos que cambiaron sus vidas, Joshua y Ryan descubrieron el minimalismo, gracias al cual eliminaron los excesos materiales de su vida y pudieron centrarse en las cosas verdaderamente importantes: la salud, las relaciones personales, el crecimiento personal y lo que ellos llaman, el valor de la comunidad.
A lo largo del documental, los autores del Blog theminimalists.com nos invitan a imaginar una vida con menos acumulación, menos consumismo desmedido, menos objetos. Una vida en definitiva, con menos distracciones. Como menciona Ryan Nicodemus, es una vida intencional: no es una vida perfecta, ni fácil, es una vida simple, deliberada y significativa, es decir, con un propósito. Una riqueza que no tiene nada que ver con la fortuna.
¿A qué llamamos éxito?
Es hora de replantearnos nuestra idea de éxito. Pensemos unos minutos a quiénes llamamos exitosos, ¿a quiénes tienen más dinero?; ¿a aquellos que tienen un mejor puesto laboral?; ¿a quiénes tienen una casa más grande? El documental nos demuestra que esto no funciona así.
Solemos pensar que la felicidad tiene que estar cerca nuestro y que la tenemos que alcanzar consumiendo cada vez más. Pensamos que tener el último modelo de celular nos va a ser felices por ejemplo. Es una satisfacción inmediata pero no a largo plazo. Podríamos decir que es una falsa felicidad.
Por eso, al pasar el tiempo, vamos a necesitar renovar nuestro móvil, cambiarlo por un modelo más nuevo y mejor, pensando que esta vez sí vamos a alcanzar la felicidad. Pero la cruda verdad es que no. El consumismo desproporcionado es una fuente constante de insatisfacción.
El minimalismo no es una filosofía radical
Minimalismo no significa deshacerte de todo, no significa que comprar objetos esté mal. Lo erróneo es que cuando le damos prioridad a estas cosas, tendemos a abandonar aspectos importantes en nuestras vidas, nuestros deseos genuinos y pasiones, nuestros vínculos afectivos, el valor de nuestro tiempo. Con el consumismo desmedido perdemos de vista el propósito de nuestras vidas.
Esta filosofía viene a mostrarnos que existe otro modo de vivir. Deshacernos de cosas que no necesitamos, ayuda a enfocarnos en lo realmente importante. Nos ayuda a no consumir porque todo el mundo lo hace, a no comprar las cosas que la publicidad nos incita, sino a ser conscientes de lo que realmente necesitamos.
Este estilo de vida es básicamente una herramienta para deshacerte del exceso que no te brinda felicidad. Se trata de elegir conscientemente para poder tener una vida significativa más allá de nuestras posesiones. No tener apegos y ni ataduras materiales, nos hará entonces más libres. Es vital poder comenzar una nueva vida, una en la que las experiencias y relaciones humanas prevalezcan sobre el materialismo.
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Una reflexión que nos deja el documental es: "Ama a la gente y usa las cosas, porque lo contrario nunca funciona".