No podemos saber todo del otro y eso nos genera curiosidad, cubre lo cotidiano de misterio. ¿Cómo será su vida? ¿Qué estará haciendo? ¿Con quién estará hablando?
Y aunque si te lo preguntaran seguro responderías que tú jamás espías nada, la realidad es que todos lo hicimos alguna vez: en el metro, por la ventana o en las redes.
Todos somos, en este sentido, un poco espías. Es casi como una picardía, siempre que no se vuelva una obsesión o una invasión a la privacidad del otro.
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El celular de otro Aquí no nos referimos a las personas que revisan el celular ajeno, de una pareja, por ejemplo. Ese sí que es un problema. Hablamos de quienes en el metro o haciendo una fila miran de reojo el celular del otro intentando ver qué es lo que está haciendo o qué conversación está teniendo, como si miraran la pantalla de la televisión o hicieran zapping.
Si eres uno de ellos, puede que tengas una personalidad tan ansiosa como curiosa. No puede haber un segundo en el que no estés mirando algo. A veces la intención ni siquiera es descubrir algo del otro, sino pasar el tiempo hasta llegar a casa.
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El libro que otro está leyendo Si eres de aquellos a los que en un trasporte público o en un parque, por ejemplo, les llama la atención cuando alguien está leyendo un libro y haces el mayor esfuerzo posible por leer su título, el autor o alguno de sus párrafos, eres un espía intelectual. Te gusta inspirarte, te atrae lo artístico y también te divierte imaginar cómo es una persona o qué momento de su vida está atravesando según lo que elige leer.
Lo que escribe otro Si alguien a tu lado saca una libreta, comienza a escribir y tus ojos automáticamente intentan captar alguna palabra eres un espía emocional. Te interesa conocer lo que le pasa a los demás, lo que sienten. Te atraen las artes, pero sobre todo la complejidad de las personas y la complejidad del mundo que cada una se construye para sí.
Lo que hacen tus vecinos Si eres de los que puede quedarse un largo rato mirando las ventanas de los edificios imaginando la vida qué tendrás esas personas, qué cosas estarán haciendo cuando se mueven o qué los preocupará, eres de los espías fílmicos. Te gusta inventar historias, eres creativo y te gusta la fantasía y el espectáculo.
Las cartas que les dejan a tus vecinos Si eres de los que ojean la correspondencia ajena, posiblemente seas una persona que se siente atraída por los secretos. Te gusta el misterio y disfrutas de encontrar las "pistas" que crean las historias más fantasiosas.
Los comentarios o likes en redes sociales Si eres de los que miran los comentarios o likes que a otros les dejan en sus redes o que ellos mismos hacen, eres una persona que quizás tienda a obsesionarse un poco con las cosas. En la búsqueda de "huellas", puedes llegar a inventarte historias que no existen. Por eso, si eres este tipo de espía con gente que conoces, no es algo muy divertido.
Volvemos a repetir que siempre nos referimos a espiar en un tono pícaro y pasajero, no a acciones reiteradas, marcadamente obsesivas, o que de cualquier forma puedan molestar o acosar a otro.
¿Te reconoces en alguno de estos tipos? ¡Cuéntanos!