10 cadáveres de elefantes fueron encontrados en Zimbabue en lo que va del mes de junio. Nueve de ellos eran adultos y uno, recién nacido.
Al menos cuatro de los animales muertos tenían sus colmillos cortados, por eso se cree que los cazadores furtivos los envenenaron con cianuro para extraerlos.
Los colmillos de marfil de los elefantes son muy valiosos en el mercado negro, tanto como decoración, como por el poder curativo que algunas culturas presumen que tienen.
Los especialistas que acudieron a la zona temen que éstos sean solo los primeros en caer, y el envenenamiento sea masivo: podría haber resurgido una práctica delictiva que consiste en verter cianuro en charcos y abrevaderos para que los elefantes mueran y luego robar sus colmillos. La especie está en peligro de extinción.
Por ahora, la policía advirtió que se han encontrado cubos de cianuro mezclado con sal, que se han extraído de la naturaleza para evitar que otros animales cayeran en la trampa: “Los cazadores furtivos dejaron cubos con cianuro mezclado con sal que se han recuperado. Sabemos que algunos buitres también han sido afectados por el envenenamiento, pero aún no se conocen datos exactos”, ha explicado Trevor Lane, de la asociación sin fines de lucro Bhejane Trust.
Como explica Lane, no solo los elefantes serían afectados por este envenenamiento intencional: si el cianuro está en el agua o mezclado con comida, las consecuencias para toda la vida silvestre podrían ser trágicas.
¡No dejemos que esto siga sucediendo!