A veces se dice que los gatos no son cariñosos, incluso que son ariscos o malvados. La realidad es que los gatos simplemente tienen un temperamento muy distinto al de los perros, y por eso no es tan fácil que se acerquen a ti.
Sin embargo, cuando te has ganado el corazón de un minino, será increíblemente leal, cariñoso y amistoso.
Por eso, lo que en realidad necesitas es saber cómo tratarlos para que te quieran. Estos consejos están basados en distintos estudios y te explicarán qué está bien y qué no cuando vas a entablar vínculo con un gatito.
1. Déjales dar el primer paso
¿Has notado que a veces, de entre un grupo de gente, los gatos buscan al que menos los aprecia? No es que ellos sean masoquistas ni nada por el estilo. Simplemente, que les gusta dar el primer paso, ser ellos los que se acerquen primero.
Ya lo sé: es difícil contenerse las ganas de mimar a un gato. Pero se ha hecho un estudio en Suiza que ha demostrado que si dejas de prestarle atención al minino y te concentras en otra cosa, es más posible que él se acerque a ti.
Y, una vez que ha dado el primer paso, es menos probable que se aleje si le devuelves la amistad.
2. Aprende dónde tocar y dónde no
Cada animal es un mundo, igual que las personas. Pero los estudios demuestran que, en general, los gatos disfrutan más que los toquen en ciertos lugares y no en otros.
Según las investigaciones,los gatos muestran respuestas más positivas, como ronronear, pestañear y amasar sus patas si son acariciados en el área de la frente y las mejillas.
En cambio, tienden más a reaccionar de forma negativa, silbando, golpeando o agitando la cola, cuando se los acaricia en el área de la cola.
Como ellos son muy sensibles al tacto, ve despacio y atiende a las señales que el minino envíe.
3. Dale espacio
Si notas que el gato está incómodo, que comienza a ponerse nervioso (echando las orejas para atrás, por ejemplo) o que quiere largarse, dale espacio.
Eso les dará confianza y ganas de volver a acercarse cuando quieran. Si los fuerzas a mantenerse contigo pueden reaccionar violentamente.
Y, aunque no lo hagan, seguramente bajarás en su escala de autoestima. Recuerda: los límites de la relación los marcan ellos, no tú.
4. Juega mucho con ellos
Los gatos necesitan del juego. Les mejora el ánimo y, sobre todo, les revive sus instintos de cazadores natos, lo que los hace crecer fuertes y sanos. Para ellos, el juego es tan importante como el paseo diario de un perro.
Busca un juguete con el que puedas interactuar con el gato. Generalmente, sus favoritos serán los que emulen a una presa que hay que cazar.
Un par de sesiones de juego con un gato harán que este te adore enseguida.
5. Conoce al gato
Al final, cada gato tiene su personalidad, justo como las personas. Hay algunos que son cariñosos por naturaleza, y otros cuyo amor hay que ganar paso a paso. Pero con los gatos sucede similar que con el zorro de El Principito: es necesario domesticarlos.
“No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo”
Cuando te hagas amigo de un gato, cuando lo “domestiques”, irás descubriendo esas cosas que lo hacen único en el mundo y ten por seguro una cosa: ¡Serán inseparables!