Quizás alguna vez escuchaste decir que todo lo que ves en el exterior es un resultado reflejo de tu propio mundo interno. Por eso, hay varias disciplinas filosóficas o espirituales que le dan mucha importancia al hogar. Lo que eres capaz de proyectar en él, probablemente hable de ti y de tu estado actual. Para el budismo, limpiar y ordenar el hogar es un método para hacer lo mismo con tu propia mente.
La limpieza no es solo una cuestión práctica de quitar la suciedad. Tiene que ver eliminar impurezas que nublan el alma, con quitar del medio cualquier bloqueo que pueda estar impidiéndole al espíritu fluir con liviandad. De hecho, se cuenta que uno de los discípulos de Buda halló el nirvana mientras estaba barriendo.
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Limpiar tiene además una conexión con el aquí y ahora. Nos vincula con el presente e influye en nuestro estado de ánimo. ¿A quién no le gusta entrar a su casa y ver un ambiente limpio y ordenado?
Consejos desde el budismo para una limpieza consciente
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- Cuida los objetos cuando limpias, pues quien no cuida de ellos tampoco hace lo mismo consigo y con los demás. Recuerda que todos somos uno.
- Agradece lo que te ha servido. Y cuando esto ya no sea así, dáselas a otro que pueda hacer un buen uso de ellas.
- Limpia a primera hora de la mañana, en silencio, cuando aún todos duermen. La mente estará despejada y serena.
- Hazte el hábito de ordenar antes de irte a dormir para que al despertar nada bloquee un nuevo comienzo.
- Abre las ventanas y mantén ventilada tu casa para purificar el aire. Eso también es limpieza.
- Evita que a tu casa la invadan los insectos, recogiendo los platos luego de comer y tirando la basura.
- Si vives con otra persona, puedes rotar la limpieza para valorar también lo que los demás hacen por nosotros y trabajar en equipo.