Quienes amamos y protegemos a las mascotas, sabemos lo que significan para nosotros y para nuestro ecosistema emocional. En este caso con referencia a los perros, estos animales maravillosos tienen características únicas que los hacen compañeros ideales de los seres humanos. Desde sus antepasados lobos, y su adaptación a las costumbres humanas con el paso de los siglos, los perros se destacan por muchas características que bien podemos aprender las personas.

Su conocimiento natural, la resiliencia para sobreponerse a situaciones extremas de abandono y enfermedad, su intuición y la lealtad, son sólo tres de las características que, si las observamos y practicamos, es posible construirnos como mejores seres humanos.

1. Fidelidad

Esta es, quizás, una de sus características más importantes, por lo que provocan que los amemos y que cuando deban partir se extrañe su compañía. La fidelidad del perro es a toda prueba.

En el mundo de los humanos muchas veces es un valor que se ha ido perdiendo. Sin embargo, los perros tienen un sentido de lealtad único, que traspasa todo entendimiento. Independientemente de lo que estén haciendo, o lo que nosotros hayamos provocado en ellos, como una ausencia prolongada, y hasta olvidarnos de dejarle la comida, siempre estarán alegres y felices de volver a vernos.

El sentido del amor desapegado, sin esperar nada a cambio, es otro de los sentimientos que nos enseñan y que podemos aplicar en la vida. Los perros son especialmente cariñosos con los dueños, incluso acompañando situaciones difíciles. Conocerás muchas historias donde el animal ha acompañado a una persona en su lecho de muerte, o incluso, en la puerta de un hospital donde fue la última vez que ha visto a su humano.

4. Juego

A todas las mascotas en general, y los perros en particular, les encanta jugar. Sin importar la edad que tengan, despliegan su energía y entusiasmo con esos códigos que establece con su dueño, y que sólo ellos decodifican. Sólo una mirada hace falta para desplegar este potencial inmenso de energía, incluso hasta sus últimos días: siempre habrá un gesto juguetón para enlazar el vínculo.

5. Entendimiento

Si bien las mascotas no hablan en el mismo lenguaje humano, se hacen entender con gestos, actitudes, personalidad y su mirada, que es verdaderamente el espejo a través del cual captan y se comunican. Un micro gesto humano tiene mucho significado para el perro, y entiende lo que queremos transmitirle. Los perros lo aceptan todo y no juzgan: demuestran una extrema compasión por su compañero humano.

El instinto animal es una de las grandes enseñanzas, ya que dejan de lado ser tan racionales y analíticos, como lo son la mayoría de las personas. El perro sigue su instinto, intuye y en función de eso, interactúa. En los humanos es la intuición.

7. No guardar rencor

Por más que lo hemos regañado o puesto en penitencia, un perro deja pasar de largo ese sentimiento del momento, y vuelve a la carga con energía renovada, desde su entrega total e incondicional. Si bien no se olvidan de momentos tortuosos por los que haya podido pasar en su vida -y quizás haya sonidos o situaciones que le remitan a eso-, cuando está con un dueño que lo cuida, alimenta y mima convenientemente, el perro tiene una actitud de olvido instantáneo, puesto que no tienen registro temporal en el sentido humano.

8. Momentos de relax

El perro acompaña el ritmo de los humanos con quienes convive. Esta es otra gran enseñanza: cuando está cansado, se preocupa por tirarse a reponerse y relajarse. Le encanta recibir cariños, que son tan especiales como el vínculo con el dueño. Incluso hay algunos que adoptan posiciones de meditación, de contemplación, y de absoluta calma cuando en el lugar se siguen esas disciplinas.

Los perros sienten gratitud infinita por el humano que los contiene. Se acerca, busca que lo acaricien; y ese contacto los re-energiza, a la vez que es el símbolo que nos indica de su agradecimiento por todo lo que le damos. Su mirada, profunda y suave, nos hace saber de sus necesidades; y, cuando las satisfacemos (como salir a dar una vuelta por el barrio), ellos saben agradecerlo con un comportamiento permanente de alegría y compartir con su dueño.

Para terminar, los perros escuchan con mucha atención a sus amos. Como perciben los conceptos e intenciones de lo que decimos, ponen un singular enfoque a la entonación, el énfasis y los tonos de la voz y los gestos, para decodificar nuestras emociones. Son grandes catalizadores de negatividad, y también se dan cuenta de inmediato cuando estás triste o enfermo.

Me animo a invitarte a que en lo posible, no compres mascotas: adopta. En todo el mundo hay millones esperando tu compañía y amor. Ellos te lo devolverán multiplicado.
Entonces, ¿Qué experiencias tienes con tus mascotas? ¿Qué te enseñan? ¿Verdad que hay mucho para aprender de ellos?

Sobre el autor: Daniel Colombo es Coach especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional

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