Durante seis añosmi rutina fue la misma. Despertar por lo menos dos horas antes de que salierael sol y apresurarme a salir de mi casa para manejar por lo menos cuarentaminutos hasta el centro de la ciudad y así evitar las (más) tortuosas dos horasque supone ese trayecto en hora pico. Pasar el resto de mi día en clases o enel trabajo y regresar a casa después del tráfico nocturno que es igual que elmatutino.
Pocos cambios poraquí y por allá, pero todo se resumía en eso y aunque al principio era un granreto, un día me di cuenta que estaba sumergido en una rutina que me agotaba físicay creativamente. Tal vez aún no te das cuenta o tal vez ya lo sabes y no loquieres aceptar. Y es que una rutina no es mala, muchos tienen una durante lamayoría de su vida y son felices, pero tal vez no eres así. Estas son algunasseñales de que la rutina ya te tiene harto.
Dejaste de interesarte en lo que te apasiona
Pasa en laescuela y hasta en el trabajo de tus sueños, hacer lo mismo por mucho tiempo,aunque sea algo que amas, llega a desgastar. Lo repito, hay quienes puedenhacerlo toda su vida sin problemas, pero si te gustan los retos y los cambios,a veces necesitas darle un enfoque distinto a lo que haces o incluso dejardescansar esa actividad por un tiempo para volverte a enamorar de ella.
Pasar tiempo con tus amigos y familia no te emociona
A veces no setrata de ver a esas personas, sino de hacer exactamente lo mismo. Las salidas alos mismos clubes y las mismas fiestas con las mismas personas (a veces inclusola misma música durante meses). Con la familia es lo mismo; el mismo desayunosemanal con las mismas conversaciones. Sugiere nuevos espacios y actividades,pues son lo que más quieres en la vida y no debería existir nada negativo ahí.
Todos los días son lo mismo
A veces la rutinaharta porque hace que todo se vea igual, incluso las cosas que son fuera de lonormal. Tal vez cada año vas al mismo festival de música. Seguramente para lasexta ocasión ya no te emociona ni una décima parte de lo que hizo la primeravez. Busca nuevas alternativas, incluso actividades cercanas que no sabía queexistían.
Podrías dormir todo el día
Jean-Paul Sartredijo: “Soñar en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir”, nohay mejor forma de explicarlo.
Buscas cualquier distracción
Dejas quecualquier cosa te saque de tus pequeños rituales diarios. Cambias planes ocancelas cenas y es que no estás cómodo con la forma en que las cosas se desarrollan.Cuando sobrepasas esto, te das cuenta que las pequeñas rutinas pueden serbastante placenteras.
Odias los trabajos escolares o los proyectos laborales
Esto es importante.Puede que sea tu rebelde interior diciendo que ya tuvo suficiente y que esmomento de dejar atrás esta rutina que poco a poco lo está convirtiendo en unser blando que de forma monótona dice sí a todo y ejecuta sin pensar.
Sientes la monotonía en todos lados
Puedes ver otrasseries de televisión pero sabes que estás haciendo exactamente lo mismo, puedesir con tu pareja a otro restaurante, pero hasta parece que son los mismosmeseros. El punto es dejar atrás las mismas actividades y darles un giro de 180grados. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una excursión en un bosque?
Hay que encontrarla forma de salir de las rutinas. Ir de lo mayor a lo menor. Tal vez no esprudente dejar la escuela porque te sientes agobiado por los años que llevasinvertidos, pero los fines de semana son perfectos para cambiar el curso de losotros días. Tal vez necesitas buscar otras actividades que no tenías idea quepodías amar o tal vez un viaje te puede ayudar a sobrellevar ese desasosiego.