Se ha demostrado que sólo cerca del 17% de la gente realmente puede apreciar el paso del tiempo. Los demás estamos condenados a ver un reloj constantemente o a perdernos en nuestros pensamientos, obligaciones o el trabajo del momento hasta que algo nos saca de trance y descubrimos que hemos aprovechado ese tiempo o simplemente lo hemos perdido buscando memes para compartir con nuestros amigos.
Parece que vivimos en los extremos durante el trabajo. A veces hay días en los que no sabemos por qué estamos en una oficina que nos obliga a marcar un horario de ocho horas si bien podríamos hacer ese mismo trabajo en sólo tres horas desde casa y otros días simplemente pasamos todo el día frente a un monitor sin hacer absolutamente nada. Lamentablemente parece que la última es la más común entre la gente, por eso necesitamos algunos trucos para incrementar nuestra productividad.
Trabaja por pequeñas metas
En este punto ya debe ser un poco obvio que llevar un calendario o por lo menos una tabla en la que sepas cuál es el trabajo del día te ayudará a ser más eficaz, pero si además de eso sumas el trabajo por metas que puedas cumplir diariamente, tu cerebro se obligará a por lo menos cumplir con lo necesario. Ahora, si pones un poco más de esfuerzo encontrarás que a veces puedes ir un paso delante de lo que se espera de ti e impresionar a los demás.
Sigue la regla de los dos minutos
Si tienes una tarea, un encargo o algo que te lleve dos minutos o menos –contestar un correo, buscar un archivo y compartirlo– hazlo inmediatamente. Esas pequeñas tareas, si se descuidan, pueden comenzar a pesar mentalmente y bajan la productividad de lo que hacemos. Además si se acumulan también se convierten en trabajo de horas y dejan de ser algo de “dos minutos”.
Minimiza las juntas
Claro, todos odiamos las juntas hasta que somos los que tenemos que hacerlas. Si te encuentras en una posición en la que necesitas hacer una junta, busca la forma de evitarla. Platica con la gente sólo si es esencial y si no puedes evitar la junta, ve al grano inmediatamente.
No hagas muchas cosas a la vez
Todos creen que dominan el multitasking, pero la realidad es que la mayoría simplemente hace las cosas aún peor de lo que esperaban. Concéntrate en tus tareas y ve una por una para que logres llevar una relación lógica de qué estás haciendo y así le des el 100 % de tu concentración a esa tarea para hacerla lo mejor posible.
Toma descansos
Esto es algo esencial que debido a las paupérrimas condiciones laborales, muchos no pueden ni siquiera intentar. Con un horario laboral de nueve horas en la que se destina una hora a la comida, descansar cada una hora y media es visto como algo ineficaz e incluso hay corporaciones que dicen que es tiempo muerto que es similar a robar dinero de la empresa. El problema es que el cerebro humano necesita descansos cuando está concentrado y esas pequeñas pausas realmente pueden incrementar la producción y el desempeño.
Comienza con lo más difícil
Usa el tiempo sabiamente. Cuando llegues a trabajar comienza con lo más difícil, pues es el momento en que tu cerebro está más alerta y propenso a trabajar mejor; conforme el día pase, deja que tus tareas te lleven naturalmente hacia las cosas más sencillas. Así, además de terminar con el trabajo pesado antes, al final del día no te sentirás realmente agotado porque las últimas tareas parecerán algo muy fácil a comparación de lo que hiciste antes.
Concéntrate con música
Aunque hay quienes pueden concentrarse escuchando un disco de metal o el pop más actual, muchas veces la música de ese tipo es realmente un distractor, pues nos hace concentrarnos en la letra y en la melodía creada específicamente para poner el cuerpo a bailar. La música clásica, el jazz u otro tipo de música instrumental suelen ser la mejor opción para hacer que el cerebro se concentre.
Evita caer en rutinas aburridas en tu trabajo, no dejes que el tiempos se te vaya. Trabaja con actitud y termina tus tareas y verás que el tiempo siempre lo puedes aprovechar de formas mucho más productivas.