Estás en un cumpleaños o una reunión y, de un momento a otro, quedas solo al lado de alguien no conoces (que también está solo). Ninguno de los dos sabe qué decirle al otro, entonces se produce un silencio incómodo. Mientras más se estira ese silencio, más incómodo se vuelve.
Uno saca el celular y empieza a mirar la nada misma, o a mandarle mensajes a su mamá con tal de parecer ocupado. Otro está muy concentrado en quitar esa manchita de su remera. Finalmente, aparece un amigo en común que les pregunta algo y, los dos, suspiran tranquilos: al fin, ese momento se acabó.
Para aquel a quien le cuesta entablar conversación con desconocidos, no hay peor situación que la antes descrita. Quizá para evitar eso, hasta prefiere quedarse en casa. Lo mismo que puede ponerse muy nervioso si quiere hablar con alguien a quien admira o que le interesa mucho.
Tranquilo. Aunque no te guste demasiado hablar con extraños, estas 5 claves te ayudarán a salir de ese tipo de situaciones y, ¿por qué no? conocer mucha gente interesante.
1. Empieza por preguntar
Lo normal es que al principio, siempre que quieras iniciar una conversación te sientas nervioso. Hasta que te acostumbres a hacerlo, pasará un tiempo en que ahí aparecerá tu amiga ansiedad arruinándolo todo.
No te preocupes, sólo debes aprender cómo salir de esa situación. Y una de las mejores maneras es haciendo una pregunta. De esta manera le pasarás la responsabilidad del diálogo al otro.
Lo importante aquí es llevar preparadas buenas preguntas. No hablamos de iniciar una conversación con “¡Qué lindo día! ¿Verdad?”. Sino que debe ser una pregunta cuya respuesta no sea demasiado corta y tenga cierta complejidad. De este modo, podrás opinar sobre su respuesta, y así comenzar una conversación.
Por ejemplo, si tiene el móvil en la mano, preguntarle algo sobre él, como: "¿Qué resultado te da esa marca de móvil?". Es un tema superficial, en apariencia, pero puede dar mucho de qué hablar.
También puedes hacer un cumplido y preguntar algo luego, como: "me gusta tu sombrero, ¿Dónde lo compraste?". O preguntar algo sobre el lugar: “¿Sabes si han llegado todos los invitados o falta mucha gente?”.
2. Aprende a escuchar
A veces, lo más difícil no es romper el hielo, sino continuar la conversación. Si estás demasiado concentrado en qué vas a decir después, no sólo te pondrás nervioso, sino que no escucharás a la persona que te está hablando.
Esto es lo peor que puedes hacer, pues es justamente allí donde está tu próximo paso: en lo que la persona con la que estás hablando te haya dicho. Debes aprender a tomar lo más jugoso de su conversación para seguir profundizando en ello.
Además, a la gente le encanta que la escuchen. Si te muestras atento y receptivo, la conversación se volverá mucho más amigable que al comienzo.
3. Sonríe
La sonrisa es el lenguaje más universal, y genera inmediata empatía. Si sonríes sinceramente a una persona que te está diciendo algo, ya tienes la mitad de la batalla ganada para caerle bien.
Y si la persona se siente bien contigo, seguramente hablará más, y será más sencillo comenzar un diálogo. Incluso puede que, si sonríes al otro antes de comenzar a hablar, le des el pie para que comience por sí mismo la conversación.
4. Sé honesto
A veces, la mejor forma de iniciar una conversación y que no parezca forzada es ser honesto. Eso le dará al otro toda la información que necesita para relacionarse contigo y además, posiblemente, te hará ver como alguien sincero.
Si estás en la situación descrita al principio, puedes decirle a la otra persona “¿Sabes? No conozco mucha gente en este cumpleaños y me siento un poco fuera de lugar, pero tú pareces alguien interesante… ¿Tú conoces a muchos de por aquí?”.
Dar toda la información le permitirá a tu interlocutor entenderte, medir tus intenciones, y por ende, sentirse más relajado.
5. Aprende a tolerar el fracaso
Puedes hacer todo bien y que no funcione. Como cualquier habilidad, se trata de algo que hay que entrenar, pero si te frustras a la primera, nunca lo lograrás.
Si quieres convertirte en alguien más conversador, comienza con lo fácil y trata de relajarte. Recuerda que no estás haciendo esto para impresionar a nadie, sino para sentirte mejor contigo mismo.
No te preocupes todo el tiempo por decir algo ingenioso o caer bien. Simplemente intenta ser tú mismo pero un poco más sociable… ¡Ya verás que puedes lograrlo!