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Se dice que lomás cerca que hemos estado de que estalle la Tercera Guerra Mundial fue en 1962, cuando Estados Unidos descubrió bases de misiles nucleares rusos en territorio cubano.
Del 15 al 28 de octubre de ese año, la humanidad estuvo a muy pocas malas decisionesde entrar en una guerra nuclear que habría cambiado la historia como hoy laconocemos.
No es la única vez que hemos estado apunto de destruirnos con armas nucleares. Incluso se podría pensar que vivimos en una mala versión de la historia en la que ya detonamos dos bombas nucleares en ciudades, pero no hay forma de cambiar eso.
Aunque de los errores se aprende, ninguna potencia está dispuesta a perder su poder, por eso es que, como mito o realidad, aún existe la creencia de que las superpotencias tienen artefactos que podrían acabar con la vida en la tierra tarde o temprano.
SS-18 SATAN
Se trata de un conjunto de misiles balísticos capaces de llevar desde tres hasta veinte cabezas nucleares en su interior. A pesar de que era una de las pesadillas en la era de la Unión Soviética, reportes indican que en Ucrania y Estados Unidos se continúan produciendo estas armas que cargan con muerte y destrucción.
Armas biológicas
Una cosa es terminar con la humanidad en un parpadeo, la otra es infectar a una población y que las cosas se salgan de control terminando con la humanidad en unos cuantos años. No, no se trata de una película de zombies o algo por el estilo, las armas biológicas son un riesgo tan grande para la humanidad que están completamente prohibidas por las organizaciones mundiales y son consideradas un crimen para la humanidad.
La mano muerta
El artefacto del fin de mundo por autonomasia. El sistema soviético fue llevado a la cultura pop en la película de 1964 “Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” de Stanley Kubrick. A pesar de ser una comedia, el argumento era real. Se creía que la URSS tenía una máquina capaz de enviar misiles nucleares a todo el mundo y terminar con la vida en la tierra; la única forma de lograrlo era si los altos mandos sentían que la soberanía de su país era comprometida y tal como mostró Kubrick, sólo se necesitaba de un loco general estadounidense para intentar retar a la URSS y acabar con el mundo. Lo peor de todo, se cree que Rusia aún mantiene el artefacto escondido en caso de emergencia.
La bomba del Zar
Su nombre viene de la campana Tsar Kólokol, la más grande del mundo que se encuentra en Moscú y es la bomba más poderosa registrada hasta este momento. No era viable para ser usada en batalla, pero durante la Guerra Fría fue detonada en un acrchipielago ruso para demostrar el avance tecnológico de la URSS e intimidar a sus enemigos. Era cerca de dos mil y tres mil veces más poderosas que las bombas que Estados Unidos detonó en Japón y se dice que si alguien se hubiera encontrado a 100 kilómetros de la explosión, habría sufrido quemaduras de tercer grado.
En 2017 parece que la Tercera Guerra Mundial es una amenaza, sin embargo se espera que la paz vuelva a ganar e incluso los conflictos que hay en el mundo puedan terminar pronto y sin necesidad de artefactos como estos.
