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Más allá de la religión, la Pascua simboliza el fin de una etapa y el comienzo de otra.

1. Meditar

En la actualidad, la posibilidad de que alguno de nosotros sea crucificado es extremadamente remota, pero todos hemos pasado o pasaremos por momentos en los cuales somos crucificados en un sentido figurado.

Vamos a pasar por momentos en que nos sentiremos traicionados, en que sufriremos injusticias, que nos parecerá que el mundo se vuelve contra nosotros. Es ahí cuando podemos meditar y pensar que la vida es buena, que hay esperanza, amor y bondad en ella.

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2. Pedir perdón


No somos perfectos; nos equivocamos, lo importante es reflexionar sobre esto y pedirle perdón a cada una de las personas que hemos herido. Solo así lograremos sanar y abonar el camino para seguir adelante en el comienzo de una nueva etapa.

No importa lo que nos suceda o esté sucediendo a nuestro alrededor debemos seguir creyendo en nuestra meta

3. Oportunidad para comenzar de nuevo

Algunas personas han tenido problemas aparentemente insignificantes que les han causado un tremendo dolor y sufrimiento. Por otro lado, hay otras personas que han tenido grandes problemas que, con toda justicia, podrían devastar totalmente sus vidas. Sin embargo, salen bien de las experiencias, vencen los retos y se levantan para tener vidas nuevas y felices.

Algunas permanecen en las oscuras tumbas de la desesperación y otras encuentran una manera de remover la piedra y levantarse a la luz del sol, al radiante amanecer de un nuevo día.

La diferencia está en seguir la manera de vencer de Jesús, creas o no en que sea un santo, que es permanecer firmes en nuestra meta. No importa lo que nos suceda o esté sucediendo a nuestro alrededor, si escogemos seguir creyendo en nuestra meta, sentiremos la belleza y la paz espiritual.