Una famosa presentadora de la TV argentina popularizó una frase: “como te ven te tratan”. Si bien es un poco determinante, no se puede negar que hay cierta razón detrás de ella. En realidad, se podría parafrasear de la siguiente manera: “como te ves, te tratan”.
Puesto que la imagen que tenemos de nosotros mismos es lo que transmitimos al mundo. Y muchas veces, lo que nos sucede es en realidad lo que dejamos que nos suceda. Si creemos que merecemos cosas malas, les damos espacio en nuestra vida.
Por supuesto que todos podemos tener malos momentos, situaciones violentas y demás avatares de la vida. Pero si aprendes a valorarte, verás que eres capaz de atravesar esos malos momentos y salir siendo una persona más fuerte.
¿Quieres saber si no te valora lo suficiente? Estas son algunas señales claras de ello:
1. Justificas los malos comportamientos de otros hacia ti
Nadie tiene derecho a maltratarte, a hablarte mal, a hacerte pasar malos momentos. Es cierto que no todos tenemos el mismo carácter: mientras hay personas que reaccionan enseguida, otros prefieren mantener un perfil más bajo y no entrar en discusiones.
Ambas reacciones son válidas, siempre y cuando tengas muy en claro que no está bien que alguien te trate mal. Sin embargo, si no te valoras lo suficiente, quizá tiendas a creer que los demás tienen razón.
"Me levantó la voz porque dije una tontería", "me hizo quedar en ridículo frente a mis compañeros de trabajo porque hice mal la tarea", "me golpeó porque lo hice enfadar". No, no y no. Si te levantan la voz, te ridiculizan, o incluso son violentos contigo, tú no tienes la culpa. Siempre hay formas de solucionar los problemas amablemente.
2. Reprimes tus ideas y sentimientos
Si sientes que no puedes expresar lo que piensas y sientes cuando estás en público, es posible que tengas un poco de baja autoestima. Siempre crees que tus ideas no son tan buenas como las de los demás, y que no vale la pena expresarlas.
E incluso cuando crees que tienes razón en algo, te parece que la otra persona puede enfadarse porque se lo digas y prefieres callar. Es un claro sinónimo de que no te valoras.
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3. Siempre das más de lo que recibes
Todo el tiempo te sientes en deuda con los demás, por eso das y das y das. Brindas tu tiempo, tu oído, tu casa, tu dinero. Siempre te brindas a los otros, sin pedir nada a cambio.
Ser generoso es hermoso, y siempre que lo hagas por verdadera convicción será algo bueno. Pero si no te valoras lo suficiente, lo harás simplemente porque crees que es la única manera de que alguien te quiera.
Y eso no es una buena manera de comenzar una relación, pues es probable que termines generando vínculos tóxicos, done los demás solo se acercan a ti por conveniencia.
4. “Compras” el tiempo de los demás
En relación a lo anterior, las personas con baja autoestima suelen sentir que nadie desearía acercarse a ellos por convicción. Entonces, si su billetera lo permite, "compran" el cariño.
Invitar a alguien al cine todas las semanas, hacer regalos costosos, pagar siempre la cena. Es una manera de asegurarse que los demás estén al lado tuyo, aunque sea por necesidad.
Pero a la larga, eso no lleva a relaciones sanas. De nuevo: tener buenos gestos y ser generoso está muy bien, pero no como modo de "chantaje emocional".
5. Los demás ven cosas en ti que tú no ves
Tus amigos te dicen lo linda que estás, lo inteligente que eres o lo bien que cocinas, pero tú no les crees. Siempre piensas que te lo dicen por compromiso.
Del mismo modo, quizá tu familia o amigos te advierten que tu pareja tiene malas actitudes contigo, que deberías ponerle un freno, pero tú piensas que exageran y te alejas de ellos.
Esas son señales de que no te valoras lo suficiente. Intenta confiar mucho en la palabra de las personas que más te quieren, sobre todo cuando te digan cosas para cuidarte.
6. Nunca dices que no
A veces no nos apetece salir, o no tenemos ganas de hacer ese favor. Sin embargo, nunca decimos que no.
No aceptar lo que te hace bien (y lo que no) es una señal de que no te valoras, y que siempre pones los deseos de los demás por encima de los tuyos.
A la larga, eso te desgasta y te hace sentir que no has hecho con tu vida lo que tú deseabas, sino siempre lo que los demás decidieron por ti.
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Fuentes: