Mientras vas creciendo poco a poco te vas desconectando de tu esencia porque eso es lo que la sociedad occidental te hace pensar que significa crecer, más esto puede hacer que te vayas olvidando de quien eres en realidad y que te conviertas en un adulto que se siente vacío.
En esta entrega quiero brindarte información que te va a ayudar a mantenerte conectado con tus raíces para que puedas crecer de una manera más fuerte, nutrida y segura. El mundo necesita una mayor cantidad de adultos que estén en conexión con sus orígenes para que puedan inspirar a sus pares y a las generaciones por venir, creando así un mundo más sinérgico.
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Empecemos por definir a que me refiero cuando digo raíces. Desde la psicología al hablar de las raíces se abarca una enorme cantidad de temáticas, desde el árbol genealógico hasta la infancia como tal. En esta ocasión vamos a hablar de los aspectos que pueden ser más afines a todos los lectores, por ende nos centraremos en la infancia y en las experiencias que nos han llevado hasta aquí.
Primer paso.- reconciliarse con la infancia
Puede que tu infancia no haya sido del todo buena, que sientas que hubo al menos un par de eventos que te marcaron o te traumaron, los traumas pueden tener diferentes niveles de intensidad, esto es normal. Nadie tiene una infancia que haya pasado sin algo de dolor, porque hasta la perfección se puede sentir como negligencia. El punto en la adultez es poder reconciliarnos con esas heridas y entender que puedes resignificar tus experiencias, desde una visión en retrospectiva y con mayor entendimiento empático de lo que ocurrió en ese momento.
Segundo paso.- aprender a perdonar
Esto incluye perdonarse. Todo lo que te ha ocurrido en la vida ha sido parte de un plan más grande que busca promover tu evolución. Esto quiere decir que la vida no actúa por maldad, al contrario, la primera instancia siempre es la misericordia, en el momento en el que te reúsas a cambiar ahí es cuándo se siente como un castigo. Es momento de comenzar a confiar en una sabiduría más grande que tus propios planes.
Tercer paso.- buscar evolucionar
El crecimiento personal es algo gradual. Imagínate una espiral ascendente, ese el propósito de cambiar. Para que esto pase, es importante que tengas en cuenta cada oportunidad de aprendizaje que te otorga la vida. Se vuelve muy complejo cambiar si te resistes a aprender de lo que la vida intenta enseñarte. La próxima vez que te presentes ante un reto, procura actuar desde un lugar diferente al de tus traumas. Con esto fortalecerás tu identidad y así será cada vez más fácil crecer.