La cera del oído puede parecer desagradable y muchos no quieren tener absolutamente nada de ella en sus orejas, por lo que recurren a métodos comunes de limpieza como el hisopo. Sin embargo, los especialistas indican que no debemos usarlos.
Lo que no es bueno para el planeta, tampoco es bueno para nosotros. La mayoría de los hisopos son plásticos de un solo uso. Los productos de este material representan uno de los problemas ambientales más importantes del mundo de las últimas décadas, por lo que deberíamos evitarlos para evitar dañar los ecosistemas.
Además, hay evidencia científica que nos dice que los hisopos no solo no son efectivos en su función, sino que pueden causar problemas de salud auditiva cuyas consecuencias podrían alcanzar incluso la pérdida de la audición.
Una guía de prácticas clínicas relacionadas con la cera del oído publicada en 2017 por la Academia Americana de Otorrinolaringología ofrece los lineamientos adecuados para tratar la compactación de la cera, una de las consecuencias comunes de usar el hisopo.
Cera compactada
La compactación del cerumen es una condición del oído, y el uso de hisopos incrementa el riesgo de sufrirla. Ocurre cuando la cera del oído se aprieta (compacta) y bloquea el canal auditivo.
La cera es una secreción normal de nuestro cuerpo que ayuda a combatir infecciones auditivas y protege el interior de nuestros oídos. De hecho, los expertos indican que no es necesario retirarla. Nuestro organismo expulsa constantemente la cera desde interior de nuestros oídos hacia nuestras orejas, así que no se debe utilizar el hisopo ni ningún otro instrumento.
Con frecuencia, solo la empujamos hacia el fondo. Esto nos pone en riesgo de compactarla, que tiene consecuencias tales como:
- Lesiones al tímpano y el canal auditivo
- Mayor propensión a las infecciones de oído y al oído de nadador
- Empeorar la compactación de la cera dura
Limpieza excesiva
Los síntomas comunes de la compactación de la cera causada por el uso del hisopo son comezón y dolor en el oído, escuchar un zumbido constante o incluso la pérdida de la audición en grados variables.
Los hisopos son objetos peligrosos para la salud de nuestros oídos y deben evitarse a toda costa. Lo único que tenemos que hacer es limpiar superficialmente nuestras orejas cuando nos bañamos. Del resto se ocupa nuestro organismo, sin ayuda.
En su guía, la Academia Americana de Otorrinolaringología hace énfasis en que la limpieza excesiva de la cera del oído es un problema común que debe evitarse, y que con limpiar la cera que nuestro cuerpo expulsa hacia la parte externa del oído estaremos haciendo más que suficiente.
Si crees sufrir de un caso de cera compactada en el fondo de tu canal auditivo, no debes hacer nada por ti mismo. Lo que debes hacer es asistir a un médico, que puede diagnosticar tu caso y en caso de que sea necesario, usar los instrumentos adecuados para retirar la cera excesiva.
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