En base a estudios científicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la cesación del consumo de tabaco permite aumentar los años de esperanza de vida para los fumadores. La cantidad de años varía según la edad en la que se deja de fumar, al hacerlo durante la juventud, se ganan más años.
Si una persona que fuma tabaco lo deja a los 30 años de edad, ganará casi 10 años de esperanza de vida. En tanto, si lo abandona a los 40 años de edad, se ganan 9 años de esperanza de vida, según la OMS. Mientras que, si lo hacen a los 50 años, ganarían 6 años de esperanza de vida. Hacia los 60, se ganan 3 años.
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En el caso de que le hayan diagnosticado una enfermedad potencialmente mortal al fumador, dejar el cigarrillo (incluyendo el cigarrillo electrónico) brinda un beneficio rápido.
Un ejemplo de esto, sería el de las personas que dejan de fumar después de haber sufrido un ataque cardiaco, ya que, la probabilidad de sufrir otro ataque desciende en un 50%.
El dejar el cigarrillo también puede suponer un beneficio para las personas que conviven con el fumador. Porque dejar de fumar disminuye el riesgo adicional de muchas enfermedades relacionadas con el tabaquismo pasivo en los niños, tales como las enfermedades respiratorias y otitis.
Además de aumentar la expectativa de vida, dejar de fumar disminuye la probabilidad de sufrir impotencia en el fumador, de tener dificultades para quedarse embarazada, tener partos prematuros, o abortos espontáneos.
Según una revisión de 102 estudios científicos publicada en la Biblioteca Cochrane, las personas que dejan de fumar durante, al menos, seis semanas sienten menos depresión, ansiedad y estrés que las personas que siguieron fumando.
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Quienes dejaron de fumar también experimentaron más sentimientos positivos y un mayor bienestar psicológico. Además, dejar de fumar no tuvo efecto negativo en la calidad de las relaciones sociales de las personas. Por el contrario, es posible que abandonar el cigarrillo esté asociado con una ligera mejoría del bienestar social.
La revisión de los estudios científicos de Cochrane resume la evidencia de 102 estudios observacionales con más de 169.500 participantes.
Los autores combinaron los resultados de 63 de estos estudios que compararon los cambios en los síntomas de salud mental de las personas que dejaron de fumar con los cambios que se produjeron en aquellas que continuaron fumando. También combinaron los resultados de 10 estudios que midieron el número de personas que presentó un trastorno mental durante el estudio.
Según la doctora Débora Serebrisky, algunos fumadores intentan dejarlo por su propia cuenta. Otros buscan ayuda pero no reciben el tratamiento adecuado o el apoyo que necesitan para dejar una sustancia que han consumido por mucho tiempo.
Esto hace que se sientan frustrados y aumente la creencia de que al abandonar el cigarrillo, no hay bienestar posible. Pero la investigación científica demuestra que si se pide ayuda y se accede a un tratamiento correcto, se puede dejar de fumar sin sufrirlo.
“La psicoterapia de apoyo es especial para acompañar la cesación del tabaco. Tiene un protocolo que implica entre 6 y 10 encuentros con la persona que quiere dejar de fumar. Puede ser individual o grupal” agrega la doctora.
El tratamiento correcto para dejar de fumar incluye fármacos y psicoterapia de apoyo. Las guías con recomendaciones de la mayoría de los países incluyen la terapia de reemplazo nicotínico, como parches o chicles de nicotina, el medicamento vareniclina y el bupropión.
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Fuente: Infobae.com