El microondas se volvió un aparato de uso corriente en la mayoría de los hogares por la rapidez y la facilidad que ofrece tanto para cocinar como para recalentar la comida. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado su impacto negativo sobre la salud y el contenido nutricional de los alimentos, de manera tal que este electrodoméstico no es la mejor alternativa para la cocción.
Cocina desparejo
Por un lado, esto altera el sabor y la textura de los alimentos Todos hemos experimentado lo que sucede al recalentar una porción de pizza en el microondas: la masa deja de ser crujiente y se vuelve gomosa. Por otro lado, muchas comidas se calientan de manera despareja. Esto puede causar quemaduras e incluso no lograr destruir las bacterias o agentes patógenos que conducen a las enfermedades transmitidas por los alimentos. Esto sucede porque las microondas, por lo general, sólo penetran a una profundidad de entre 2,5 y 4 centímetros.
Disminuye el contenido nutricional de los alimentos
Un estudio publicado en el Journal of the Science of Food and Agriculture comprobó que el 98% de los nutrientes del brócoli que lo vuelven efectivo para combatir el cáncer fueron destruidos al cocinar este vegetal en el microondas. Al ser cocinado al vapor, la cifra se redujo al 11%. Esto sucede porque se excitan las moléculas de agua que se encuentran dentro de lo que cocinas, haciendo que el calor se forme de adentro hacia afuera. De esta manera, los alimentos son destrozados a nivel molecular, dejando nada más que calorías, fibras y minerales, ya que las vitaminas y los fitonutrientes son destruidos.
Produce radiación
Las microondas proporcionan una exposición diaria innecesaria a la radiación. Esto se incrementa con los microondas más viejos. El desgaste o la ruptura de la puerta puede hacer que las microondas se expandan por la cocina, lo cual puede generar serios riesgos para la salud, como enfermedades cardíacas y problemas con el sistema inmune. La exposición prolongada a la radiación de microondas puede ocasionar además problemas de visión, deterioros en la cognición, inflamación de los nódulos linfáticos.
Fomenta una mala alimentación
Por último, hay quienes establecen un vínculo entre el aumento de la obesidad y la adopción masiva de los hornos microondas. Esto se debe a que este electrodoméstico favorece el consumo de alimentos procesados.