Las berenjenas son hortalizas suaves con un ligero sabor amargo. Provienen de India y su cultivo en las regiones de Oriente, donde son más populares, es muy antiguo. Durante muchos años, se pensó que no eran saludables. Esta creencia se fundaba en el hecho de que pertenecen a la familia de las solanaceas, categoría que incluye especies venenosas y con efectos psicotrópicos. Luego se comprobó que, al cocinarlas, el calor permite eliminar las sustancias tóxicas que contienen. Así, es posible aprovechar todos los beneficios que le brindan al organismo.
Ayudan a perder peso
Como tienen pocas calorías, casi nada de grasa y un 90% de agua, se aconseja incluirlas en las dietas de quienes necesitan perder peso. Además, su contenido de fibra ayuda a alcanzar rápidamente la sensación de saciedad.
Si lo que se busca es comer de manera saludable, se las debe preparar con poca grasa. Al freírlas, las berenjenas absorben muchísimo aceite, lo cual hace que se incremente también su valor energético. En cambio, conviene asarlas al horno, hervirlas, cocinarlas al vapor o comerlas en forma de crema.
Mejoran la digestión
Las berenjenas son fáciles de digerir, de manera tal que que son buenas para quienes tienen trastornos digestivos. Además, al igual que otros vegetales de sabor amargo, estimulan el buen funcionamiento del hígado y la vesícula biliar. Esto es fundamental para que el organismo pueda procesar bien las grasas.
Son antioxidantes
Esta propiedad se la confieren principalmente los flavonoides que contienen. Es por ello que se recomienda consumirlas para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
Hidratan y depuran el organismo
Al estar compuestas por un 90% de agua, las berenjenas son una fuente natural de hidratación para el organismo. Esta propiedad, junto con su contenido de potasio, hacen que sean un alimento diurético. Por ello, ayudan a eliminar las toxinas del cuerpo.
Ayudan a regular los niveles de colesterol
El característico color morado de las berenjenas se debe a su contenido de antocianinas, un tipo de flavonoides. Estas sustancias ayudan a metabolizar el colesterol "malo" (LDL). Así, disminuyen sus niveles en sangre.
Las berenjenas nunca deben comerse crudas, ya que contienen sustancias tóxicas que se eliminan con el calor de la cocción. Se trata de hortalizas muy versátiles que se pueden preparar en guisos, rellenas, al horno, rebozadas, asadas, hervidas, en cremas o gratinadas. Como son muy porosas, se desaconseja hacerlas fritas. Es posible consumirlas peladas o con piel aunque, si se escoge esta segunda opción, es mejor elegir los frutos más jóvenes y blandos.
Berenjenas rebozadas
Ingredientes
- 3 berenjenas lavadas
- Sal gruesa
- 1 diente de ajo picado
- Perejil
- 3 huevos
- Un chorrito de leche
- 3 tazas de pan rallado (puedes mezclarlo con un poco de avena o un mix de semillas)
- 1/2 taza de queso rallado
Preparación
1. Precalienta el horno a 180°c. Corta las berenjenas en rodajas de aproximadamente 2 cm. Para que pierdan un poco de líquido, colócalas en un colador con un recipiente debajo y cúbrelas con sal gruesa.
2. En un plato, mezcla el pan rallado con el queso rallado. Si decides usar avena o semillas, incorpóralas también en este momento.
3. En otro recipiente, bate ligeramente los huevos con un chorrito de leche, ajo y perejil.
4. Pasa las berenjenas primero por huevo y luego por el pan rallado.
5. Cubre una bandeja para horno con un chorrito de aceite y, sobre ella, acomoda las berenjenas. Ten cuidado de que no se superpongan. Cocínalas hasta que estén doradas. Esto tomará aproximadamente 7 minutos para cada lado.
Torrecitas de berenjena, tomate y mozarella con pesto
Ingredientes (rinden para 2 porciones como plato principal o 4 como aperitivo)
- 1 berenjena
- Mozarella fresca (cantidad necesaria)
- 2 tomates pequeños o 1 grande
- Salsa pesto (prepárala como más te guste)
- Un puñado de aceitunas negras descarozadas
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal a gusto
Preparación
1. Corta el tomate y la mozarella en rodajas y déjalos a un lado.
2. Llena una olla con agua y llévala al fuego. Cuando hierva, coloca dentro de ella la berenjena cortada en rodajas. Sólo deberás dejarlas unos minutos, como para que se ablanden. Otra opción es cocinarlas al vapor o a la plancha.
3. Pica las aceitunas negras en trozos lo más pequeños posibles, mézclalas con aceite de oliva y déjalas a un lado.
4. Para armar el milhojas, deberás colocar una rodaja de berenjena y salar a gusto. Por encima, acomoda una capa de tomate y otra de mozarella. Presiona ligeramente con los dedos para compactar. Puedes agregar tantas capas como quieras. Al terminar, cubre el plato con una cucharada de aceitunas trituradas y otra de pesto.
Crema de berenjenas
Cocina la berenjena entera y sin pelar. Puedes hacerlo en el horno o a las brasas. Cuando esté tierna, extrae su pulpa y tritúrala con ajo, jugo de limón, aceite de oliva y sal.
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