Alimentarsecorrectamente es el factor fundamental para no tener sobrepeso uobesidad. Lógicamente, también ayuda hacer ejercicio. Lacombinación de dieta y actividad física es la fórmula perfectapara mantenerse sano y en buen estado.
Sinembargo, hay muchos factores que influyen en el peso de una persona,y hay algunos malos hábitos o actitudes que pueden llevarnos aaumentar de peso aunque la dieta sea la más planificada y saludable de todas.
Conocerlos nospermitirá estar atentos y mejorar nuestra manera de desenvolvernosdiariamente.
Sisientes que, aunque intentas mejorar a diario la calidad de tualimentación, te sigue costando bajar de peso, puede que larespuesta esté en que debes cambiar algunas de estas malascostrumbres.
1. Dormir poco
Esimportante que respetemos las horas de sueño que nuestro cuerponecesita, para poder tener un día completo lleno de energía. Encambio, si no descansamos como es debido, nuestra salud puedealterarse. Entreesos cambios, el peso puede estar afectado.
Un estudio de laUniversidad de Bristol en Reino Unido demostró que, tomando comopunto de comparación a personas que duermen 8 hs. diarias, cada horamenos de sueño equivale a 3% más de grasa.
Larazón de este proceso es que la falta de sueño aumentan los nivelesde ghrelina en sangre (la hormona que avisa al cerebro que esnecesario alimentarse) y disminuye los niveles de leptina (la hormonasupresora del hambre). Para decirlo de modo simple: cuandodormimos poco, tenemos más ganas de alimentarnos.¿No te ha pasado? Poreso, dormir correctamente (8 hs. diarias), es una excelente manera deregular nuestro apetito y comer sólo lo que realmente necesitamos.
2. Ver demasiada televisión
Sino quieres aumentar de peso, deberías dejar las largas maratonesdeTV para los domingos, y el resto dela semana reducirloa menos de dos horas diarias seguidas. ¿Porqué? Porque dos horas o más de TV por día incrementan un 23% elriesgo de obesidad, de acuerdo a la Universidad de Harvard. Algunosde los motivos que conducen a estas cifras son: que generalmente seacompaña el visionado de TV con la ingesta de snacks; que elexceso de TV disminuye el ejercicio físico; y que también empeorael sueño; entre otros.
3.Saltearse comidas
Cuandonos salteamosuna comida importante, el cuerpo lo siente como una señal de alarma.Entonces, pone en marcha un mecanismo de defensa: ahorro de energíay acumulación de grasas para el futuro. Así, provocamos que elmetabolismo funcione más lento, y si convertimos en hábito comer deforma desordenada, también el metabolismo se acostrumbrará a estaren “modo ahorro de energía” y acumularemos más grasas. Lomejor es tener una rutina saludable y comer en los horariosadecuados, las comidas propicias.
4. Las personas que te rodean
¿Sabías que la obesidad se contagia? Según un artículo publicado en American Journal of Preventive Medicine, si las personas que nos rodean tienen obesidad, nuestra probabilidad de aumentar de peso es mayor. Esta tendencia puede elevarse entre un 37 y un 57 %.
Además, que nuestra familia tenga obesidad (nuestros hermanos o padres) también aumenta nuestra probabilidad de tenerla, y no sólo por la genética: también por este efecto “contagio”.
La buena noticia es que sucede lo mismo con la delgadez. Así que, si todos tus amigos son delgados, no te preocupes: también tienes más probabilidad de serlo tú.
5.El trabajo nocturno
Siestás dentro del grupo de personas que suele trabajar en su casa,debes tener cuidado ante la tendencia de hacerlo de noche. Sibien puede ser un horario tentador para eliminar las distracciones,no es lo más recomendable.
Estácomprobado que trabajar de noche puede contribuir al sobrepeso. Enparte, porque nos incentiva a comer de más después de la cena, engeneral cosas calóricas. Perolaprincipal razón es que loshumanos estamos programados para dormir cuando no hay luz y comer dedía. Si alteramos esta relación, nos causamos desórdenesfisiológicos, lo que provoca una disminución del gasto energéticodiario total.
6. La depresión y el estrés
Más de la mitad de la población reacciona a la depresión y al estrés comiendo de más. Especialmente, aumentando la cuota de alimentos ricos en grasas y azúcares: dulces, postres, etc. La razón está vinculada al sistema de recompensas de nuestro cerebro, que asocia ese tipo de ingestas con la satisfacción. Básicamente, porque consumir esos alimentos nos hace sentir bien momentáneamente.
Ahora que lo sabes, lo ideal es que, cuando sientas mucha ansiedad por comer ese tipo de comidas, te preguntes qué es lo que te está llevando a sentirte así y qué otra cosa podrías hacer para sentirte mejor sin aumentar de peso.
7.Abusar de la comida preparada
Escierto, cuando las casas de comida ofrecen un precio increíble porun plato que se ve súper apetitoso, resistirse es complicado. Esmás: a veces hasta resulta más barato que preparar la comida encasa, y de manera mucho más fácil. Sinembargo, comer demasiada comida preparada puede hacerte aumentar depeso. Aunque esa porción se vea muy saludable, puede que contengaexceso de aceites, grasas saturadas o harinas, lo que lleva a que lascalorías aumenten notablemente.
Antesde caer de lleno en las ofertas del día, piensa mejor en los efectosa largo plazo que puede tener en tu peso: tal vez te den más ganasde cocinar después de eso.
8. Tenerle miedo a la balanza
No queremos ser hirientes, pero tenemos algo para decirte: el hecho de que nocontroles tu peso regularmente no te hace más delgado. De hecho,está comprobado que las personas que se pesan a diario tienen másfacilidad para bajar de peso que aquellas que no lo hacen nunca.Según investigaciones de TheNew England Journal of Medicine,los que tienen balanzas en sus casas y se pesan a diario tienen 82%menos probabilidades de recuperar peso que aquellos que no.
Losmotivos son varios, pero el fundamental es que conocer tu peso tehace tomar conciencia de él, y por ende, contribuye a tu esfuerzopor adelgazar. Además, hacer un control del peso regular o diario teayuda a detectar las situaciones que te hacen aumentar de peso, y lasque te ayudan a bajar.
9.Dejar de fumar
Nocabe duda que dejar de fumar es una de las mejores decisiones que sepueden tomar. El cigarrillo perjudica a nuestro organismo de manerasimpensadas. Sinembargo, es normal que al dejar de fumar una persona engorde. Enprimer lugar, porque la ansiedad por la nicotina puede llevar a comer demás. Por otra parte, el cambio de hábito tambiénralentiza el metabolismo, y aumenta el apetito.
Siestás pensando en dejar de fumar, puedes tomar algunas medidaspreventivas para no aumentar de peso (y no sentir el cambio de hábitocomo un error, porque no lo es). Fíjate recompensas que no estén vinculadas con lacomida, apúntate al gimnasio (piensa que, una vez que dejes defumar, te resultará más fácil hacer ejercicio), e introducealgunos de los buenos hábitos que hemos mencionado (como dormir 8hs. diarias).
10. Creerciegamente en los productos “light”
Elmarketing es hoy el dueño de nuestra vida. Vivimos rodeados depublicidades que tratan de convencernos de los beneficios de unproducto. Así,paraintentar vender más, muchas marcas sacan sus líneas de productos“light”, con lo que tratan de convencernos de que consumirlos nonos hará subir de peso (es más, hasta nos hacen creer que nos haránadelgazar). Pero la realidad es que esto no es tan así.
Elhecho de que un producto tenga menos calorías que otro no lo hacemás sano. Por ejemplo, está demostrado que consumir lácteos ricosen grasas reducen el riesgo de padecer obesidad. La razón es quenos dan una alta sensación de saciedad en porciones pequeñas. Poreso, antes de elegir un producto simplemente porque se lo rotule delight, es mejor informarse bien y elegir a conciencia.