Gregory Kloehn es un artista que fabrica casas para personas sin hogar usando desechos que encuentra en la basura. Para hacerlo utiliza elementos de todo tipo, desde bolsas de café vacías, puertas de lavadoras (las cuales transforma en ventanas), trozos de madera que pasan a ser puertas. Todo puede ser utilizado de manera creativa para crear estos hogares. Según él mismo menciona, es increíble la cantidad de cosas en buen estado que se pueden encontrar en los vertederos.
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Esta iniciativa se encuadra en el “Homeless Homes Project”, que significa "Proyecto para Personas Sin Hogar" en español. Dentro de este marco, que tiene lugar en Okland, California, Gregory logra resolver un problema complejo como es la escasez de vivienda de una manera creativa. De esta forma, provee un hogar a personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, expuestas a todo tipo de climas y otras inclemencias.
Cómo surgió la idea
La idea le surgió a partir de leer un libro sobre viviendas especiales para personas sin hogar; allí le surgió el interés de hacer algo parecido. Lo cierto es que muchas de las personas para las cuales fabrica estos hogares son sus vecinos. “Se los doy a las personas sin hogar que sé que viven en mi vecindario. Hago un hogar para cada persona o pareja. Algunas personas viven a una cuadra de mí. Son mis vecinos “, dijo Gregory a Buzznicked.
Otra cosa que lo inspiró fue que, cuando él estaba construyendo maquetas de casas para venderlas, un indigente llamó a su puerta y le pidió una manta para cubrirse. En ese preciso momento se dio cuenta de lo útil que podría ser una estructura de ese tipo para una personas sin recursos y sin hogar.
Algunos datos
En cuanto al tiempo en que demora en hacerlas es poco: tan solo una semana. Por otro lado, estas casas, aun siendo hechas de materiales extraídos de la basura, no dejan de ser estéticas a la vista. El artista procura que se vean bonitas, y también espera que muchas más personas se inspiren con lo que él hace y sigan este camino.
Por otro lado, comenta que hacer estas casas le produce alegría: “Hay una espontaneidad y alegría al hacer casas pequeñas que las casas tradicionales no ofrecen. Me recuerda a hacer fuertes cuando era niño, sin arquitectos, sin préstamos bancarios, solo mis ideas y mis manos y las cosas que encuentro en las calles”, confesó.
Otro detalle es que las casas están fabricadas con ruedas giratorias de 200 libras (aproximadamente unos 90 kilogramos) de manera que los habitantes puedan trasladarlas de manera sencilla. Esta cuestión es muy importante ya que muchas veces las personas sin hogar deben mudarse a otra parte por requerimientos de la ciudad. Esto hace, entonces, que las mudanzas sean sencillas para sus “inquilinos”.
Además, las casas corren con otra ventaja, que es el costo. Cada casa vale entre US$30 a US$50 dólares sumando los tornillos, los clavos, la cola y la gasolina usada para ir en busca de nuevos materiales de construcción.
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