Ella se llama Shabana Basij Rasikh. Es una destacada activista afgana. “Mi familia se arriesgó y me envió a una escuela secreta vestida de niño”, comenta ella. Ahora, educa a las afganas gracias a la tecnología digital.
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Acaba de ganar el premio Unicef España 2023
Esta mujer tiene 33 años. Se llama Shabana Basij Rasikh, quien durante los años 90 del siglo XX pasó por una compleja experiencia. Sus padres deseaban que ella tuviese una educación, pero el régimen talibán no lo permitía.
¿Qué hicieron los padre se Shabana Basij Rasikh? La vistieron de niño y le enseñaron a hablar con voz nada femenina. De esa manera, pudieron engañar a las autoridades y maestros, haciendo que la niña ingresase a las clases.
Ella no entendía lo que pasaba, hasta que los talibanes fueron derrocados. Entonces, se percató de que otras niñas jamás habían estudiado y que ella estaba adelantada. Así, entendió la importancia de ese esfuerzo por “disfrazarla como un niño”.
Ella entendió la importancia de la valentía
Sus padres fueron valientes al disfrazarla como varón. Si la descubrían, toda la familia sería severamente castigada. Luego, ella quiso ser maestra y lo logró cuando los talibanes abandonaron el poder y fundó una escuela para niñas.
Pero, todo cambio en 2023. Los combatientes talibanes regresaron y las viejas normas se impusieron de nuevo. Las mujeres fueron obligadas a vestir una indumentarias que las cubriese por completo y se les prohibió asistir a las escuelas.
Un escenario que obligó a Shabana Basij Rasikh a huir de Afganistán. Tuvo que trasladarse a Ruanda. La buena fortuna le permitió refundar su escuela de mujeres en esa nación, pero ella se siente triste por las niñas y jóvenes en Afganistán.
Pero, gracias a la tecnología ha encontrado una solución. Ella dicta clases por Internet a las mujeres afganas. No todas las féminas en esa nación tienen acceso a la conexión digital, pero al menos un porcentaje de ellas puede hacerlo.
Niñas que viajan desde Afganistán hasta Ruanda
Al saber que la escuela de Shabana Basij Rasikh se trasladó a Ruanda, muchas personas han querido llevar a sus hijas hasta ese país. No es sencillo y hasta ahora solo han podido hacerlo personas con recursos económicos en Afganistán.
Pese a todos los problemas, la escuela de mujeres de Shabana Basij Rasikh sigue activa. Es una válvula de escape para las niñas afganas, ya que en su propia nación les prohíben educarse.
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¿Qué opinas acerca de Shabana Basij Rasikh? Es una mujer que transitó por la rara experiencia de disfrazarse de niño para poder recibir educación. Algo que la marcó y que ahora la mueve como propósito de vida.
Fuente: EL PAÍS.