Tener una cita a "ciegas", hoy en día, no es tan difícil como lo era antes. Las aplicaciones y redes sociales han facilitado bastante el proceso, pero una vez que llega el encuentro, muchos de los temas que aparecen son los mismos.
Hay personas a las que las citas a ciegas les funcionan bien. Se divierten e incluso hasta llegan a formar una pareja. Pero también hay otras que pasean de cita en cita y en cada una se frustran más y más.
Personas que parecían ser de una manera y son de otra, falta de química, y muchos otros factores pueden convertir una cita en un momento incómodo. Ahora bien, ¿qué pasa cuando advertimos estas cosas? Hay algunos que inventan excusas, pero otros que se quedan, aún sabiendo que no quieren estar ahí.
¿Alguna vez pensaste que irte sería lo mejor que puedes hacer en estos casos? Pues estabas en lo cierto, y aquí te contamos por qué.
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Intuición
Si te encuentras con alguien y no te sientes cómodo con su forma de hablarte o tratarte, irte es la mejor opción. Hay veces en las que sentimos el compromiso de quedarnos aún si no la estamos pasando bien o estamos incómodos. Todo por ser gentiles. Pero la verdad es que debemos ser genuinos y fieles a nuestra intuición. Muchas veces ese registro del cuerpo que nos dice desde adentro que "no" puede ahorrarnos una situación incómoda luego. Hazle caso siempre a lo que sientes
Honestidad
Si ya sabemos que algo no va bien, ¿vale la pena fingir? Aquí hay personas que creen que lo mejor es darle tiempo a las cosas, y otras que sostienen que la primera corazonada es la que muestra el camino verdadero. En cualquier caso, lo mejor que puedes hacer es ser sincero, primero contigo mismo y luego, con el otro (cuidando siempre la empatía).
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Amor propio
Irte de una cita en la que no estás cómodo puede ser una manera también de cuidarte, de no exponerte a esa situación por más tiempo. Y esto es reflejo de tu amor propio, es una manera de hacerte valer.
Aprendizaje
Por último, irte también te marcará algo para aprender, aunque más no sea de la autoafirmación personal que implica decir que no y tomarte un taxi cuando quizás habías imaginado un final diferente.
No te preocupes, una mala experiencia no es tan grave, tampoco para el otro, que también tendrá que ver qué aprendizaje le trae tu partida. De todo vas aprendiendo, especialmente acerca de lo que quieres, de lo que no, de lo que te hace sentir bien o te incomoda. Asimila lo que la experiencia puede estar enseñándote y sigue adelante más fortalecido por haberte ido a tiempo.