Según un estudio reciente del Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de las Naciones Unidas, la mitad de los países del mundo sufrirá de escasez de agua hasta 2050. Sobre todo, los de la zona del Sahel, en África, así como regiones de Oriente Medio y Asia. Por eso, los investigadores han desarrollado ideas originales para poder solucionar este problema. Aquí, algunas de ellas.
¿Transporte de icebergs desde el Ártico hasta África?
La masa de hielo ártico consiste de 27 millones de kilómetros cúbicos de agua, de los que anualmente 100.000 caen al mar y se derriten. Esos trozos de hielo son una inmensa fuente de agua dulce inexplotada. Pero todavía nadie ha transportado un gran iceberg a lo largo de cientos o miles de kilómetros.
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Algunas empresas petroleras los alejan de las plataformas con pequeños barcos. Pero aún quedan interrogantes por resolver, por ejemplo, sobre la fuerza del oleaje, que podría obstaculizar el transporte. Y tampoco se sabe cuánto hielo se derretiría por el camino.
Es por eso que esta alternativa no es prioritaria, según Manzoor Qadir, científico de la Universidad de Naciones Unidas en Canadá y editor del libro "Recursos hídricos no convencionales" (original en inglés: "Unconventional Water Resources").
Siembra de nubes: es posible fabricar lluvia
¿Qué pasaría si pudiéramos lograr que la lluvia caiga allí donde más se la necesita? Suena irreal, pero es posible: el método se llama "siembra de nubes" (cloud seeding, en inglés), y para eso se necesita un ingrediente casi "mágico", el yoduro de plata, que es disparado desde drones o aviones hacia las nubes que contengan agua por debajo de cero grados Celsius. Esa sustancia condensa la humedad en las nubes, en gotas que luego caen en determinados lugares.
En China ya está en marcha un programa de siembra de nubes sobre una superficie agrícola 1,5 veces más grande que la de India. También en Rusia se utiliza este método para influir en el buen clima durante desfiles militares.
Aunque la toxicidad del yoduro de plata para el medio ambiente es considerada mínima, sí podría afectar a la fauna y flora de los mares, según advierte Thara Prabhakaran, experta en Física de Nubes del Instituto de Meteorología Tropical, de la India. Aún no se cuenta con suficiente información sobre los peligros de dicha sustancia. Y tampoco con las condiciones necesarias para que funcione este método en todas las regiones del globo.
Cosecha de niebla: minigotas del aire se transforman en agua
Pero no siempre es necesaria la alta tecnología para usar la humedad de la atmósfera. La cosecha de niebla es una tradición antiquísima en regiones secas de montaña. Debido al descenso de la temperatura, la humedad del ambiente se condensa y se transforma en niebla. Al colocarse redes atrapanieblas o captanieblas de cerca de un metro cuadrado, o más grandes, en forma vertical y en la dirección del viento, la humedad queda atrapada y se forman gotas, que fluyen hacia una cisterna.
En zonas rurales de Chile, Marruecos y Sudáfrica, este es un método exitoso. También en Eritrea, algunas aldeas recolectan hasta 12.000 litros de agua por día de este modo. Pero "no solo se trata del agua, sino también de aspectos sociales y económicos", dice Qadir. Las mujeres ya no tienen que ir a buscar agua a varios kilómetros de su hogar, y los niños pueden ir a la escuela en lugar de ocuparse de ello, señala el experto. Una instalación de redes de 40 metros cuadrados cuesta alrededor de 1.500 dólares y produce unos 200 litros de agua por día.
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Método simple y probado: recolectar agua de lluvia
Los toneles y los estanques para juntar agua de lluvia son utilizados por el ser humano desde tiempos inmemoriales. Las cisternas más antiguas conocidas tiene más de 5.000 años. Pero el potencial del agua de lluvia no es aprovechado del todo en el mundo. Especialmente en las regiones más secas del globo, como el Cercano Oriente, el Sahel y Asia, más de un 90 por ciento del agua de lluvia se evapora, no se usa, o simplemente se pierde al fluir.
Sin embargo, hay múltiples posibilidades de instalar canaletas y caños para recolectar el agua de las precipitaciones, así como colocar toneles y usarla para la agricultura, o filtrarla para hacerla potable.
En las ciudades donde escasea el agua, la recolección de agua de lluvia, por ejemplo, sobre los techos, no solo asegura el abastecimiento, sino que también minimiza las posibilidades de que se inunden las canalizaciones. Construir fosas o diques también sirve para almacenar el agua en los suelos y garantizar el riego de cultivos, así como evitar la erosión del terreno.
Fuente: DW