Las especies nativas son aquellas que se originaron en la región donde se encuentran, en lugar de ser trasladadas e introducidas por el humano. Existen especies cosmopolitas y otras de zonas más reducidas, pero cada ambiente natural tiene su conjunto característico de flora y fauna.
A lo largo de años de evolución a la par, las plantas nativas desarrollan relaciones muy cercanas con la fauna que las acompaña. Estas interacciones son las que componen el equilibrio de un ecosistema sano, donde cada especie cumple un rol. Pensemos, por ejemplo, en el ejemplo de la polinización: animales como murciélagos o insectos se alimentan del néctar de las flores, y, al hacerlo, trasladan polen de una a otra, cumpliendo así con un paso clave del ciclo reproductivo de las plantas y posibilitando su propagación.
Dicho todo esto, ¿por qué deberías tener plantar especies de flora nativa en casa?
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Contribuyes a la conservación de la biodiversidad nativa
Hoy en día, la principal causa de la extinción de especies es la pérdida de hábitat, producto del avance de la urbanización y de la frontera agrícola. ¿Qué mejor, entonces, que convertir nuestro balcón o nuestro jardín en el hábitat de alguna planta nativa?
Es importante tener en cuenta que existen especies que sólo están presentes en determinadas zonas geográficas. Son las llamadas endémicas, como el tabaquillo (Polylepis australis), un árbol de las sierras de Córdoba, Argentina, o la gatina salabresa (Genista sanabrensis), que sólo crece en España. Si desaparecieran de su pequeña zona de distribución, entonces, se extinguirían por completo.
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Forman parte de los recursos de la fauna nativa
Como dijimos antes, la biodiversidad se encuentra en un permanente equilibrio. Cada ecosistema cuenta con distintas relaciones que contribuyen a mantenerlo, como las simbióticas, donde dos especies se benefician mutuamente. Cuando una de las dos partes no está presente, el equilibrio del ecosistema se rompe y una o más especies pueden desaparecer.
Las plantas no sólo sirven de alimento para los animales con las que comparten el hábitat, sino que también les proporcionan refugio, y necesitan de ellos para dispersarse y reproducirse. Un ejemplo, es la salvia guaranítica, originaria de Sudamérica y muy común en Buenos Aires: quienes la tengan en su balcón serán testigos de la gran cantidad de picaflores que la visitan, revoloteando de flor en flor en búsqueda de néctar.
Al plantar especies de flora nativa, entonces, estamos ayudando también a la fauna de nuestra región.
SON HOSPEDERAS DE MARIPOSAS Y OTROS INSECTOS
Probablemente conozcas algo acerca del ciclo de vida de las mariposas, que empiezan como orugas y terminan formando un capullo, desde donde luego emergerán como adultas, pero ¿sabías que algunas especies sólo llevan a cabo este ciclo en determinadas plantas?
Las orugas de la mariposa espejito, por ejemplo, sólo se alimentan de plantas del género Passiflora, mejor conocidas como Mburucuyá o pasionarias. En sus hojas, la mariposa desova y las orugas nacen, se alimentan, y forman su crisálida, donde se convertirán en mariposas.
Por esto es muy importante la presencia de plantas nativas en zonas urbanas, donde insectos como las mariposas tienen menos posibilidades de hallar lugares donde reproducirse.
Requieren menos cuidados que las plantas exóticas
¿Alguna vez te preguntaste por qué esa planta exótica que compraste para el living no aguantó mucho tiempo? ¿Estuviste horas investigando sobre cómo cuidarla, buscando el lugar con la iluminación adecuada o la cantidad justa de agua? Eso es porque pertenecen a otra región, y necesitan las condiciones que ese lugar les proporcionaría.
Como ya dijimos, las plantas nativas evolucionaron en el lugar en el que se distribuyen naturalmente, así que están adaptadas a ese clima y a ese suelo. Por lo tanto, aunque algunas especies nativas puedan tener requerimientos especiales, van a necesitar menos cuidados específicos que una especie exótica.