La piedra pómez es una roca formada a partir de lava fundida que se enfría rápidamente. Es porosa, por lo general es de color blanco o gris pálido, aunque también puede llegar a ser de un color amarillo pálido. Al ser porosa, deja que el agua filtre a través de ella. Además, contiene pequeñas burbujas de aire y flota en el agua.
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Además de todos sus amplios y popularmente conocidos beneficios en el ámbito de la belleza, la piedra pómez puede ser muy útil para tus plantas:
- Es rica en nutrientes: La mezcla de esta piedra con el suelo es una forma de aportar macro y micronutrientes a las plantas, como dióxido de silicio, óxido de aluminio y hierro.
- No afecta el equilibrio del suelo: Como esta piedra es químicamente estable, no cambiará el PH del suelo, y esto es bueno para quienes suelen controlar los niveles de acidez del suelo según las necesidades de cada planta.
- No pierde propiedades: Se puede reutilizar la piedra pómez en otras macetas al replantar, ya que no pierde sus propiedades.
- Sustrato más ligero y aireado: La piedra pómez granulada es una buena opción de mezcla para hacer el suelo menos compacto y así, favorecer el enraizamiento de la planta, el paso del agua y el abono.
- Reducción de riego: Dado que esta piedra retiene agua, el suelo permanece húmedo durante más tiempo. Igualmente, hay que tener cuidado con la cantidad de piedra que se mezcla en el suelo, ya que el exceso puede hacer que el suelo se moje demasiado para las plantas que prefieren menos humedad.
Para usar piedra pómez en plantas, lo ideal es comprarla en gránulos para poder mezclarla en el sustrato de plantación o hacer una capa de drenaje eficiente.
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Hay dos maneras de utilizarla
La primera es mezclándola con el sustrato, de modo que obtenga los mayores beneficios. Hará la tierra más liviana, retendrá agua para las plantas que necesitan más humedad, retendrá el fertilizante líquido para ser luego liberado, y es una fuente de nutrientes que ayuda a la planta a fortalecerse.
Otra opción para usar piedra pómez es hacer un drenaje en el fondo de la maceta, antes de colocar el sustrato y la planta. De esta manera, se evita que la tierra se empape con agua y las raíces se pudran.
En la parte inferior, haz una capa de aproximadamente 3 dedos de piedra pómez. Coloca una manta de esponja cortada en una rodaja fina sobre las piedras, el sustrato encima de esta capa, para evitar que entre al medio de la tierra y que las raíces lleguen al fondo de la maceta, em donde se puede acumular agua.