Se revelan los datos de un nuevo estudio, el cual afirma que decimos aproximadamente 3 mentiras cada 10 minutos. Los resultados señalan una cantidad inesperadamente alta de embustes en poco tiempo.

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Un trabajo de la Universidad de Southampton

La indagación al dado una estadística con números elevados: tres mentiras por cada diez minutos. De antemano, se sabía que todas las personas mentían. No obstante, no se esperaba que en una cantidad tan alta.

Todos mienten: desde los niños hasta los ancianos. Además, esta tendencia a decir mentiras se manifiesta de varias maneras. Nos referimos a exageraciones, cambios de información y las omisiones de datos.

La regularidad del acto de mentir hace que, en este estudio, haya una reflexión: ¿de verdad es tan malo decir mentiras? Si fuese tan negativo, entonces la gente no lo haría con tanta frecuencia. ¡Una interesante deducción!

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Mentir: un acto frecuente que tiene sus motivaciones

Las matemáticas no son como la personas, ya que siempre expresan la verdad. Un simple cálculo arroja números llamativos. Si la gente emite 3 mentiras cada decena de minutos, entonces en 24 horas comete 432 embustes.

Lo anterior significa que mentir es algo normal. Por lo tanto, corresponde indagar las razones por las que la gente miente. A diario, es necesario eludir lo real o mantener cierta información velada por prudencia.

Por ejemplo, se dicen mentiras para no herir susceptibilidades. También, hay cuestiones que no deben revelarse hasta que llegue el momento adecuado. En los trabajos, es preferible no ser 100% sincero para no estropear los negocios.

Al parecer, las mentiras son una estrategia de vida constante. La gente lo hace para sortear problemas, para no ser juzgados con prejuicios, para lograr objetivos. En dado caso, no expresar lo verdadero no es tan malo como parece.

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Entonces: ¿por qué juzgamos como negativa la mentira?

Al parecer, mentir no es en sí mismo algo malo. En realidad, el problema es que se trata de una argucia que puede ser usada para fines poco éticos. Es decir, el verdadero inconveniente está en la finalidad de una mentira.

No decir lo verdadero puede conllevar a una manipulación. Además, no es fácil detectar los signos de que alguien miente. Este tipo de cosas levante reticencias contra el acto de mentir, aunque sea tan frecuente.

Sin embargo, la realidad es que las personas dicen muchas mentiras. Continuamente, eluden informaciones, alteran datos o simplemente omiten ciertas cosas. Lo hacen de modo constante día tras día.

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¿La gente está consciente de que miente? Para ser honestos, no tienen esa conciencia. Muchas veces, lo hacen por costumbre y sin percatarse de ello.

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