Te contaremos acerca de la misteriosa desaparición del cerebro de Albert Einstein. También, responderemos a la duda sobre: ¿por qué afirman que era especial? Una historia llena de incógnitas.
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Thomas Harvey, el patólogo forense que se robó el cerebro del genio
El famoso científico murió a los 76 años, en el hospital de Princeton. En su testamento dejó claro que quería ser cremado y sus cenizas lanzadas al río Delaware. No obstante, su voluntad no se cumplió al pie de la letra.
Thomas Harvey fue el forense encargado de revisar el cuerpo. No obstante, antes de enviarlo a la cremación trepanó el cráneo y le sacó el cráneo.
Obtuvo el cerebro sin permiso: no le avisó a la familia de Einstein, ni a nadie. Lo sacó a hurtadillas del hospital en un frasco de formol. Luego, en su casa, lo cortó sobre una tabla de quesos en láminas muy delgadas.
Harvey fue despedido de inmediato cuando se supo la verdad
El patólogo se defendió: dijo que no era un robo, sino un aporte a la ciencia. Los pensamientos de Einstein debían surgir de un encéfalo especial y era necesario estudiarlo.
Luego del despido, Harvey marchó a la Universidad de Pennsylvania con el cerebro del genio diseccionado en láminas. No obstante, la mayor parte del cerebro lo cortó en trozos más grandes y los conservó en un frasco de vidrio.
Las peripecias del cerebro de Einstein
A parecer, Harvey se obsesionó con su “tesoro”. Escondió el frasco con el cerebro en el sótano de su casa, entre unas botellas de sidra. El hombre cambió de carácter. Por eso, esposa lo acusó de maníaco y lo abandonó.
Al final de un costoso divorcio, el patólogo quedó en ruina. Algunos hechos importantes que sucedieron después fueron los siguientes:
- En 1978 el periodista Steven Levy entrevistó a Thomas Harvey e hizo una publicación titulada: “Yo encontré el cerebro de Einstein”, la cual fue un éxito editorial.
- Una doctora, llamada Marian Diamond, contactó a Harvey luego de leer la entrevista. Obtuvo una muestra del cerebro y la estudió. Concluyó que Einstein tenía más células gliales que el resto de los humanos.
- En plena Guerra Fría, el servicio secreto de EEUU pidió a Harvey ceder su “tesoro”. ¿La razón? Al parecer, los rusos querían robar el encéfalo.
- Ante la historia divulgada, Harvey empezó a recibir jugosas ofertas por muestras del cerebro. El patólogo las enviaba por correo postal.
- En 1996, el escritor y periodista Michel Paternitti contactó a Harvey. Lo fotografió hablando solo, deambulando en su casa. Le sugirió entregar lo que quedaba del órgano a la nieta de Einstein, que vivía en California.
- Paternitti y Harvey viajaron a California (rodaron seis mil cuatrocientos kilómetros), pero la nieta del genio de la Relatividad los rechazó.
Finalmente, el obsesionado patólogo murió en 2007, a los 94 años. Lo que aún conservaba del cerebro fue donado al Museo Maryland, donde se exhibe al público.
Harvey también conservaba unas interesantes fotos
El patólogo también tenía consigo algunas fotos del cerebro entero.Esas fotos han sido estudiadas para saber el tipo de inteligencia del hombre que ideó la Relatividad.
Se ha llegado a la conclusión que el encéfalo de Einstein era más grande que lo normal. Curiosamente, este órgano era grande; pero pesaba poco y tenía muchas células del tipo gliales.
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¿Y qué pasó con el cerebro de Einstein? La mayor parte está en el Museo Maryland. Lo demás, quedó en distintas zonas del mundo: Harvey envió fragmentos de este órgano a varias personas, a veces recibiendo pagos por ello.
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