La popular Marie Kondo se rinde. Ella admite que es imposible tener la casa ordenada con tres hijos. No es solo que los pequeños tiendan a desordenar, es que mantener esa estructura perfecta ya no es prioridad para ella.
Marie Kondo: una mujer famosa por sus consejos de orden
Hasta el momento, Marie Kondo ha escrito cuatro libros sobre el “arte de organizar” y ha vendido millones de ejemplares. En las redes sociales también expone muchos tips para que el hogar sea minimalista y ordenado.
Nacida en 1984, está casada con Takumi Kawahara. Tienen dos hijas, Satsuki y Miko. Ahora, suman a la familia un hijo nacido en 2021. De ese modo, son tres pequeños en su hogar. ¡Un verdadero reto para el orden!
En las redes sociales se habla mucho de ella. Por eso, su reciente declaración no pasa desapercibida. La reina del orden admite que ya no puede: tener tres descendientes ya ha llegado al topo de su capacidad.
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Una reciente entrevista con el The Washington Post
Ha sido en estas declaraciones donde la japonesa, por primera vez, admite que hay un escenario donde no puede poner las cosas en orden. Es un cambio radical en sus aseveraciones, ya que admite que esta vez no es posible.
"Mi casa está desordenada, pero la forma en que paso mi tiempo es la correcta para mí en este momento y en esta etapa de mi vida", ha confesado Marie Kondo.
Y es que admite que el orden necesita invertir tiempo y energía. Ahora, su tiempo y energía las invierte en sus tres descendientes.
“Hice todo lo posible para mantener mi casa ordenada en todo momento. Pero terminé dándome por vencida. Ahora me doy cuenta de que lo que es importante para mí es disfrutar el tiempo con mis hijos en casa” reveló.
Pero no solo es una capitulación, en realidad es un cambio. La gran sorpresa es que ahora desea exponer algo que acaba de descubrir: la manera en que el desorden también es estética, que tiene su dosis de belleza.
La alegría del azar y lo no planificado
Ahora, ella comenta que no tiene su hogar 100% ordenado. Pero, tiene nuevas sorpresas: cosas que se pierden y desaparecen, opciones fuera del orden constante.
"El verdadero propósito de ordenar no es reducir tus posesiones o desordenar tu espacio. El objetivo final es despertar la alegría cada día y llevar una vida alegre".
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¿Y qué sucede ahora? Pues, con sus tres hijos la alegría está en compartir con ello. La vida tiene vueltas, hasta el punto de ir del orden al desorden como un péndulo.
Fuente:
LA VANGUARDIA