La llama violeta es una energía espiritual al servicio de todos los seres humanos. Es una luz de alta frecuencia que está presente en el mundo físico y en el mundo espiritual. Se trata de una herramienta muy potente para transmutar cualquier energía, llevándola de su estado de vibración actual a un estado de vibración superior. Por eso se la invoca cuando es necesario producir un cambio o transformación profunda.
Reconocer la llama violeta como una energía disponible que puedes invocar te ayudará a enfrentar los desafíos de la vida y a sanar tu cuerpo, mente y alma, ya que puedes acceder a ella en cualquier momento y en cualquier lugar para disolver las vibraciones negativas.
Muchas personas que conectan con esta energía de alta vibración la visualizan como un aura o una llama violeta. Saint Germain, un místico sanador y alquimista fue quien transmitió las enseñanzas de la llama violeta, junto con otras claves para la sanación de la humanidad y el comienzo de la nueva era.
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¿QUÉ GENERA LA LLAMA VIOLETA?
- Transmuta todo aspecto negativo alojado en cualquier parte de tu ser espiritual
- Expulsa las energías densas y ayuda en la curación de tu cuerpo físico
- Restablece la pureza en tu flujo de energía
- Eleva tu espíritu
- Trae paz y orden a los asuntos de tu vida cotidiana
- Restaura tu fuerza vital
- Inspira tu creatividad
- Ayuda a satisfacer tus deseos más profundos
- Atrae las energías de misericordia, perdón, alegría y libertad
¿CÓMO INVOCAR A LA LLAMA VIOLETA?
Una invocación es un llamado que realizas desde tu corazón al corazón de la divinidad. Puedes acceder a la llama violeta por medio de oraciones, mantras, visualizaciones y meditaciones. Aquí te compartimos una de las formas de invocación:
1. Visualización
Cierra los ojos y conéctate con tu respiración.
2. Preámbulo
En voz alta, pide amorosamente a los seres de la llama violeta —maestros ascendidos y ángeles—que te ayuden y te guíen. Primero invoca tu divinidad interior llamada "yo soy", y luego a la divinidad con la que sientas afinidad.
3. Afirmación
Repite en voz alta afirmaciones de la llama violeta. Sant Germain transmitió los siguientes decretos:
Yo soy la transmutadora llama violeta que flamea a través de mi cuerpo etérico, sublimando, apagando las cicatrices morales, las amarguras u ofensas, transmutando todo en luz.
Yo soy un ser de fuego violeta.
Yo soy la pureza que Dios desea
Cuando recitas éste y otros decretos de llama violeta, ésta impregna cada célula y átomo de tu cuerpo, se adentra en tu mente, tus emociones, tu subconsciente y tu memoria.
4. Agradecimiento
Puedes repetir: “Y con plena fe acepto conscientemente que esto se manifieste”, y agradecer a los maestros de la llama violeta por la transformación.