Ben Taylor llevaba la vida normal de cualquier artista plástico. Pero de un día para el otro, se sintió obligado a pintar una pieza abstracta que le llevó meses completar, debido a los complicados patrones parecidos a gusanos que llenaban el lienzo. El artista asegura que en ese momento no pudo apreciarla, que fue una tarea difícil de completar y no estaba satisfecho con el resultado.
"No sabía qué me obligó a pintarlo, o qué estaba tratando de decir, y fue archivado en mi estudio, donde descansó en este estado insatisfactorio durante muchos meses. No tenía idea de que todo se revelaría pronto, y que esta pintura estaba siendo influenciada por otros seres", dice Taylor.
Fuente: Mometo
Luego de pasar dos años buscando soluciones para varios problemas de salud en la medicina tradicional, decidió viajar a una aldea en las selvas de Gabón, África, donde se sometió a una intensa ceremonia de sanación de diez días dirigida por un grupo de pigmeos liderados por su líder y rey, Adumangana.
Cuando regresó a su hogar, comenzó a tener síntomas extraños en los ojos: Veía manchas, tenía sensibilidad a la luz y sentía dolor en los globos oculares. Los síntomas iban y venían, pero un día se miró en el espejo y vio un bulto amarillo y blanco que sobresalía de su ojo.
"Fui al hospital y les dije que había un gusano en mis ojos. El cirujano ocular de turno hizo una incisión en el globo ocular y sacó un increíble gusano Loa Loa de 3.5 cm de largo", cuenta el artista.
Las pruebas revelaron no solo Loa Loa sino también otros dos parásitos diferentes, que habían estado dentro de su cuerpo durante un tiempo indeterminado. A pesar de las malas noticias, haberse contagiado Loa Loa en África permitió que los médicos detectaran los otros parásitos, que se habían mantenido ocultos.
Unas semanas después del tratamiento, mientras estaba en su estudio Ben volvió a buscar la pintura que había dejado. De inmediato se dio cuenta de que lo que había pintado parecía un ojo hecho de intrincados patrones similares a gusanos, es decir: pintó su enfermedad sin saber que la tenía.
"Ahora que ya estoy curado, me doy cuenta de lo extraño e interesante que fue tener mi obra de arte subconscientemente guiada por un grupo de gusanos creativos. Me ha hecho preguntarme: ¿Quién es realmente el artista?", reflexiona.
Fuentes:
Mometo