Seguramente conoces a algunas personas que usan un hilo rojo atado a su muñeca. Famosos como Leonardo DiCaprio, Angelina Jolie y Lady Gaga han sido fotografiados llevando este simple, pero increíble amuleto lleno de simbolismo y protección.
Nuestra mente puede ser nuestra prisión, pero también nuestra ventana a otros mundos. La meditación, la concentración, el autoanálisis y más nos permiten conocernos, descubrir nuestras distintas facetas en la vida, incluso conocer a nuestros otros yo. Somos seres más allá de nuestro cuerpo, estamos conectados con el universo de maneras que no imaginamos. Pero a pesar de todo esto, a veces necesitamos un poco de ayuda.
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Para qué sirve
Se usa el hilo rojo para la protección del mal de ojo. Es que en esta época, incluso sin hacerlo de manera intencional, las personas pueden afectar a otras con su energía negativa y sus pensamientos tóxicos.
El mal de ojo, entonces, muchas veces se encuentra donde menos lo esperamos: en la oficina, de camino al escuela o al trabajo, y a veces, lamentablemente, en nuestro propio hogar o en nuestro círculo de amigos. Hay personas que incluso llegan a poner el hilo rojo a sus hijos recién nacidos, una protección extra además de la que la madre, el padre y los seres queridos juraron darle.
Además, el color rojo es símbolo de fuerza y sirve para prevenirnos acerca del peligro. Otras de las cualidades de este amuleto son proteger nuestra aura y alejar la energía negativa para prevenir la depresión, la melancolía y el duelo. Al mantener nuestro equilibrio energético, nuestro cuerpo y alma están en armonía, lo cual ayuda a nuestro sistema inmunológico.
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Cómo usarlo
El hilo rojo siempre ayudará, pero es mucho más efectivo si se pone de manera correcta. En primer lugar, siempre debe colocarse en la mano izquierda, y lo mejor es que un ser querido sea el que lo regale y lo ponga ahí. Si no es posible, tú puedes conseguirlo y decirle a esa persona que te lo coloque. En cualquier caso, recuerda que mientras lo hace, debes evitar pensar en cualquier cosa negativa y abstenerte de hacer algún deseo.
Tu persona querida tiene que atar la pulsera con un nudo sencillo y después debe hacer seis nudos más, para que al final tengas siete nudos completos. Con una protección así, tu pulsera nunca debería aflojarse, pero no te preocupas si poco a poco ves que los nudos se pierden. Eso significa que la protección es real y ha funcionado.
Los nudos ejemplifican los mundos espirituales, así como los chakras de nuestro cuerpo. Por lo que siempre estarán con nosotros a pesar de que no tengamos la pulsera, pero si sientes que está perdiendo los nudos, puedes repetir el proceso y sentirte en paz.
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