Seguramente habrás escuchado muchas que veces que los gatos tienen 9 vidas y que siempre caen de pie. Si bien el primer rumor es claramente falso, el segundo es sorprendentemente preciso.

Los gatos tienen una capacidad impresionante para contorsionarse en el aire y caer siempre sobre sus cuatro patas, y, aparentemente, nunca de espaldas. ¿Cómo es posible que tengan esta habilidad tan única?

La respuesta es complicada, y al día de hoy, los expertos aún no entienden por completo cómo lo hacen, ni exactamente qué podemos aprender de esta capacidad. A continuación, te contamos un poco sobre lo que se sabe y lo que no se sabe al respecto.

¿Desde cuándo se estudia la física de los gatos?

El primer artículo de investigación para abordar el tema fue publicado en el año 1700 por un científico francés llamado Antoine Parent. Él no estaba investigando esta capacidad felina, sino que indagaba acerca de cómo se mueven y giran los objetos flotantes mientras se hunden en una posición de equilibrio.

En la investigación, Parent estableció una comparación entre un objeto que se hunde en un líquido con un gato en caída libre podría ajustar su columna vertebral para voltearse, moviendo su centro de gravedad sobre el centro de flotabilidad.

Su idea estaba equivocada por razones técnicas, pero este pequeño comentario inició todo un campo de estudio físico que ha continuado hasta nuestros días. A lo largo de los siguientes dos siglos, diversas explicaciones fueron propuestas para explicar la forma en la que los gatos se mueven en el aire, pero ninguna fue satisfactoria.

En 1894, el fisiólogo francés Etienne-Jules Marey demostró que los gatos son capaces de caer de pie sin necesidad de realizar ningún “movimiento angular”, un tipo de rotación que se creía que era la clave para sus habilidades para caer de pie.

Ahora que estaba demostrado que esta idea estaba equivocada, ¿cómo se explica que siempre caigan de pie?

¿Cómo lo hacen?

Fueron los fisiólogos G.G.J. Rademaker y J.W.G. ter Braak, en 1935, los que presentaron el modelo más aceptado hasta ahora para explicar las contorsiones aéreas de los gatos. Ambos se imaginaron que los gatos consistían fundamentalmente de dos cilindros, que representaban las mitades delantera y trasera del felino.

Si el gato se dobla por la cintura, puede torcer las dos mitades de su cuerpo en direcciones opuestas, permitiendo hacer lo que técnicamente se conoce como “cancelar sus momentos angulares opuestos”.

Esta explicación se conoce como el modelo "doblar y girar", es hasta ahora la forma más precisa de explicar el reflejo de torsión de los gatos, que les permite girar su cuerpo en pleno vuelo y mantener el sentido de orientación respecto al suelo.

Sin embargo, el modelo está lejos de ser perfecto, y los mecanismos exactos aún no se conocen exactamente.

¿Qué podemos aprender de ellos?

A estas alturas seguro que te preguntas “¿de qué sirve saber cómo los gatos caen siempre parados?”. Pues resulta que los expertos de la NASA consideran que este conocimiento sería muy útil para determinar la forma más eficiente en la que los astronautas pueden girar en gravedad cero.

Si bien no está claro qué tanto se ha aplicado este conocimiento a astronautas en el espacio, el estudio del movimiento de los gatos es importante en otro campo: la robótica.

Replicar los mecanismos felinos les permitiría a los expertos crear robots capaces de caer parados en el caso de una caída libre, minimizando el daño. Existen robots que buscan recrear estas caídas, pero hasta ahora ninguno lo ha logrado con un 100% de fidelidad.

Como ves, algo que en apariencia es muy sencillo esconde todo un mundo de investigaciones físicas que tienen inesperadas aplicaciones en la vida real.

Fuente:

Science Focus