Muchas de las cosas que nos pasan en la vida, buenas y malas, dependen en parte de la intencionalidad que le imprimimos. Si hacia dentro estás conectado y alineado, probablemente eso se refleje hacia afuera. Porque todo lo que vemos en los demás es, en cierto modo, el reflejo de lo que somos.
Pero a veces esto no es tan fácil de ver. Y entonces podemos tender a victimizarnos o simplemente no hacernos cargo de lo que generamos. Vemos todo de forma externa, como si fuera totalmente ajeno a nosotros en lugar de preguntarnos qué podemos tener que ver en eso.
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Hay cuestiones más radicales, cmo los casos de violencia, dónde claramente quien lo vive es una víctima y de ningún modo podría justicarse. Pero sí esa persona puede trabajar para desarrollar su fortaleza y aprender a construir otro tipo de vínculos, más sanos y placenteros.
En esta nota podrás encontrar algunas de las frases que las personas que no se hacen cargo de su rol en lo que les sucede suelen decir. Incluso puede pasarte a ti. No siempre es fácil aceptar que podemos hacer, pensar o sentir las cosas de otra manera.
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Ésta es una frase típica de alguien que le cuesta hacerse cargo de un asunto. Entonces delega la responsabilidad en otro. De esa manera él/ella no ha decidido, según este punto de vista, nada. Solo ha hecho caso a otro que es quien, a sus ojos, es a quién se puede adjudicar lo bueno o malo del resultado.
Todos hacen lo mismo
Otra forma típica de no hacerse cargo es compararse con otros y justificar lo que se hace en que es algo común, o que otros también lo hacen. Así, en lo colectivo se borra la responsabilidad individual.
Yo no tengo la culpa
Ésta es una frase muy clara de alguien que no se hace cargo. La responsabilidad se delega hacia afuera, en otra situación o persona. Nunca se asume la propia parte.
Siempre me pasa lo mismo
Esta frase es muy común en quienes tienden a victimizarse. Entonces todo lo que sucede lo ven como algo externo, en lo que no tienen nunca ni voz ni voto. En lugar de concentrarse en cambiar lo que suele repetirse, se lamentan.
El mundo está en contra mío
Del mismo modo pueden pensar que son una víctima de un mundo injusto que no les da lugar, no los deja ser, o es muy hostil. No buscan construir una alternativa ni se preguntan qué mundo quisieran. Se quedan en el lamento.
Parte del crecer, más allá de la edad que se tenga, pasa por asumir que uno, muchas veces, es responsable de lo bueno y de lo malo que le sucede. Y eso permite tener la posibilidad de cambiar que, a fin de cuentas, es lo que nos hace evolucionar en la vida.