Quienes han estado alguna vez enamorados conocen bien porqué a veces se dice que el amor “nos hipnotiza”.
En la etapa del enamoramiento, por la idealización que se hace del otro, hay cosas que pueden pasársenos por alto. Cuando esto tiene que ver con “defectos” o limitaciones de la pareja, es algo común y aceptarlo es una cuestión de tiempo y una de las “pruebas” más grandes del amor real: querer al otro tal cual es y no como uno quisiera que fuera.
Sin embargo, hay algunas cosas que nunca deberían pasarse por alto. Nos referimos a ciertas frases que encienden una alerta y que, aunque en el momento podemos llegar a hacer oídos sordos, por algo, que no podemos explicar bien, nos generan un poco de “ruido”.
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Si tu pareja insiste con que algo que tú haces y te hace sentir bien no le gusta e intenta convencerte desde todos los argumentos posibles para que dejes de hacerlo, presta atención. Muchas veces ésta puede ser una señal de querer controlar tu vida por una cuestión de inseguridad suya personal. Nunca deberías dejar de ser o hacer lo que más te apasiona aunque el otro no esté de acuerdo. Alguien que realmente te ama no debe querer forzarte a ser de una manera que no te resulta natura.
“Si me quieres de verdad, hazlo”
Si notas que tu pareja argumenta una y otra vez que hagas lo que cree más conveniente "por amor": ¡alerta! Ésa es una de las formas más comunes de manipulación. Alguien que realmente te ama no te condiciona ni obliga a hacer nada que tú no desees realmente; tampoco te amenaza con irse o dejar de quererte. Ninguna "prueba de amor" debe exigirte ser quien no eres en verdad.
“Lo hago por tu bien”
Otro de los argumentos más frecuentes de una pareja manipuladora es hacerte creer que todo lo que hacen (incluso lo que te hace daño), es por tu bien. Ten cuidado con esto. Una cosa es cuidarte y aconsejarte desde al amor; y otra muy distinta es controlarte, persuadirte de hacer cosas que no quieres, o querer tomar las riendas de tu vida.
“Adónde vas/Con quién estás”
Si tu pareja es excesivamente controladora y celosa, también deberías tener cuidado. Más allá de que a menudo puede tener que ver con cuestiones que hacen a la propia seguridad personal, en otras ocasiones puede ser indicio de una relación tóxica.
“Mira cómo me haces poner”
Por último, si tu pareja se violenta, te agrede de manera física o verbal, y luego te hace cargo de ello: pide ayuda. Nadie puede hacerte daño culpándote de ello. Eso no es amor, y hay quienes pueden ayudarte a salir de ese vínculo cuanto antes.