Amor romántico, amores fallidos, monógamos seriales, solitarios, poliamorosos, la lista podría seguir y seguir. El eneagrama nos da algunas indicaciones de como son los nueve eneatipos al momento de amar: nos dice qué lugar ocupa el amor en la concepción de vida de cada eneatipo.
En una primera lectura sobre los tres centros energéticos, podríamos pensar que los eneatipos emocionales son los más románticos, a diferencia de los viscerales y cerebrales. Sin embargo, tanto la forma de dirigir la energía - hacia afuera, hacia adentro o bloquearla- como la particular vivencia de la herida primaria que genera sensación de rechazo, soledad o agresión, juegan un rol fundamental al momento de configurar nuestros vínculos amorosos.
¿Qué eneatipo soy? Puedes completar éste test para descubrirlo.
En el plano del amor...
El UNO (visceral/hacia adentro/rechazo) anhela la pareja perfecta: la fuente inquebrantable de estabilidad en sus vidas. Si en una relación todo está en orden, puede relajarse, mientras que tener asuntos irresueltos le impiden la distensión. La sexualidad es intensa y es el medio de liberación de energía.
Al DOS (emocional/hacia afuera/rechazo) le gusta vivir por y para el ser amado. Es justamente en el dar, donde está puesta su libido, convirtiéndolo en un eterno seductor; de lágrima fácil y ama acurrucarse. En el sexo se siente muy pendiente del otro, generalmente, olvidándose de sí mismo.
El TRES (emocional/bloqueado/agresión) se caracteriza por un fuerte deseo de ser valorado y querido. Desempeña con maestría el papel de amante o de amado, pudiendo ser romántico o sensual, dependiendo de la situación. La sexualidad le es importante, pero en la intimidad tiende a estar en el centro de la escena, olvidándose a veces del otro.
El CUATRO (emocional/hacia adentro/soledad) aspira a ejercer una atracción estética, a ser alguien especial. De todos los eneatipos, es el más intenso y romántico. La intensidad de sus sensaciones puede puede llevarlo a la victimización y en ocasiones, a la depresión. El encuentro sexual es el momento de conexión con el otro, consigo mismo y con lo trascendente.
El CINCO (cerebral/hacia afuera/soledad) se muestra más racional que emocional, dando la impresión de no necesitar a nadie. Pero en realidad vive una vida sentimental intensa, es abierto y receptivo. Necesita de otro que lo incite a manifestar su sexualidad porque tiende a desconectarse, poniendo su libido en lo intelectual.
El miedo del SEIS (cerebral/bloqueado/rechazo) muchas veces hace que antes de iniciar un nuevo vínculo ponga a prueba al otro para ver si es confiable. Es así que tiene a inhibirse o reprimirse frente al sexo, no pudiendo disfrutar si el otro no le genera seguridad. También puede llegar a mostrarse desinhibido para no expresar su temor de base.
[También te puede interesar: Cómo reconocer los eneatipos de las personas con las que convivimos]
El SIETE (cerebral/hacia adentro/agresión) desea experimentar la intensa emoción de estar vivo. Disfruta con la excitación que le produce fantasear con la nueva persona, así también como con aventuras futuras. El sexo es un espacio de goce y juego, pero le resulta más incómodo todo lo que tenga que ver con la expresión de sus sentimientos y de su intimidad.
El OCHO (visceral/hacia afuera/agresión) suele tomar contacto a través de la discusión, porque sabe soportar las situaciones de confrontación y así evita mostrarse vulnerable. Su propensión a dominar hace que la sexualidad sea un medio para expresar su fuerza, siendo a la vez, apasionado y fiel.
Finalmente, el NUEVE (visceral/bloqueado/soledad) busca un compañerismo o una unión total, como si deseara que la otra persona se fundiera con él. Éste ideal responde a su deseo de armonía. En la sexualidad se muestra complaciente y atento, debe aprender a expresar sus deseos.
[También te puede interesar: Tus virtudes a la hora de comunicarte, según el eneagrama]
¿Pudiste reconocerte?
Claramente somos muy distintos. Aunque la diversidad a veces nos cueste, es importante identificar las distintas formas que tenemos de vincularnos y así entender a la intimidad y la sexualidad.