Con la finalidad de calmar la ansiedad de los estudiantes, en la Escuela Agrícola de Val de L’Ouin, Deux-Sèvres de Francia, se adoptó un hermoso perro labrador. El cual es un integrante más del instituto.
Desde la llegada del labrador, tanto los estudiantes como los docentes, lo integraron como un compañero más. El perro camina libremente por los pasillos, entra a las clases y está presente en las asambleas, con un chaleco azul que lo representa.
La presencia del perro disminuye la ansiedad de los estudiantes
Muchos son los alumnos que presentan altos niveles de ansiedad, estrés o cansancio emocional, por las tareas, las calificaciones e incluso por problemas en casa. Así como también por presentar capacidades diferentes, como autismo, entre otras.
Por otro lado, las mascotas pueden reducir el estrés, aumentar la productividad, la creatividad, controlar la ansiedad, ayudar a mantenerse activo, brindar apoyo, cariño y compañía.
Es por ello que la directora de esta escuela francesa, Corinne Baudry-Gellé, decidió tratar de buscar el bienestar de los estudiantes dentro de la institución. ¿Cómo? Adoptando a un perro.
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Se han visto resultados favorables
En una entrevista con el medio France 3 Nouvelle-Aquitaine, la directora de la escuela dio a conocer, que la iniciativa ha tenido muy buenos resultados.
“Los jóvenes no le tienen miedo al perro, hay menos ruido en los pasillos. También asiste a las reuniones del consejo disciplinario. Si algún estudiante llora, él se le acerca y le ayuda a calmarse. Pude presenciarlo durante una clase”, comentó la directora.
No cabe duda de que el perro es más que una mascota para los que integran el instituto. Es un compañero, un amigo que ofrece momento dulces, divertidos y que está para apoyar a quien lo necesite.
Encontró un hogar
La adopción del labrador no solo ha beneficiado a los estudiantes y profesores, para sentirse más tranquilos, mientras están en la escuela. También resultó algo maravilloso para él.
“Este es un proyecto a largo plazo, ya que el perro permanecerá aquí hasta el final de su vida”, aseguró la directora Baudry-Gellé.
Es decir, el labrador consiguió el lugar perfecto para vivir. Está rodeado de personas que le tienen mucho cariño, le muestran amor, cuidan que no le falte nada, está bien alimentado y protegido.
En este sentido, la relación que han creado ha sido mutuamente benefactora. Con tan solo verlo, los estudiantes se sienten felices. Por tal motivo, lo consienten, lo alimentan, comparten con él en las clases y más.
Ahora, en la Escuela Agrícola de Val de L’Ouin, las actividades académicas son más llevaderas. Gracias a que están muy bien acompañados por un fiel amigo, que hace que cada momento sea más agradable.
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