En busca de una mayor igualdad de género, el parlamento escocés aprobó el martes pasado -en primera discusión y casi de forma unánime- un proyecto de ley para ofrecer productos de higiene menstrual de forma gratuita.
Tras la flamante resolución, este país logrará convertirse en el primero en establecer mediante una ley la gratuidad de estos productos, que incluyen tampones y toallas sanitarias.
El proyecto establece que los productos se ofrecerían gratuitamente en centros comunitarios, farmacias y clubes juveniles. Si bien fue aprobado en la primera etapa con 112 votos a favor, una abstención y ninguno en contra, todavía debe pasar a una segunda etapa donde los miembros del parlamento podrán proponer enmiendas al texto.
Monica Lennon, miembro del parlamento por el partido Laborista y autora del proyecto de ley, aseguró durante el debate que aprobarlo sería un "momento clave para normalizar la menstruación en Escocia y enviar una señal real a la gente de este país sobre la seriedad con la que el parlamento toma la igualdad de género".
Lennon se unió a una manifestación frente al parlamento escocés repleta de carteles donde se leían frases como "El acceso a los productos menstruales es un derecho”.
La legisladora Alison Johnstone cuestionó: "¿Por qué en 2020 el papel higiénico es visto como una necesidad pero los productos del período no lo son? Ser penalizado financieramente por una función corporal natural no es equitativo o justo".
Mientras que los productos sanitarios en el Reino Unido tienen actualmente un impuesto del 5%, en 2018, Escocia se convirtió en el primer país del mundo en proporcionar productos sanitarios gratuitos en escuelas, colegios y universidades.
El gobierno del ex Primer Ministro David Cameron dijo que quería terminar con ese "impuesto del tampón", pero que sus manos estaban atadas por las normas de la Unión Europea que establecen los tipos impositivos para ciertos productos.
¿Es una buena medida?
Si bien esta es una gran iniciativa en el camino hacia la igualdad de género, el uso de toallas femeninas y tampones tiene un costo elevado para el planeta. Además de generar un enorme volumen de desechos, las compresas desechables y sus envoltorios tardan más de 500 años en degradarse.
Por eso, una opción más sustentable podría ser entregar otros productos higiénicos más amigables con el ambiente, como las compresas de tela, la copa menstrual o la ropa interior especial para el período. Así, se fomentaría el uso de productos más amigables con el ambiente.
La copa menstrual, a diferencia de los productos desechables, tiene una vida útil de cinco años, equivalente a 14.000 toallas o tampones.
¿Qué piensas de esta medida que se ha tomado en Escocia?
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