En Saqarra, a las afueras de El Cairo, una tumba de 4.500 años de antigüedad ha arrojado un encuentro inesperado: docenas de gatos momificados con estatuas.

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¿Qué significan?

La afinidad de los antiguos egipcios por los animales ha sido documentada durante décadas. Los arqueólogos han descubierto perros momificados y hasta zoológicos privados. Los gatos, sin embargo, ocuparon un espacio especial en el antiguo Egipto.

Según James Allen Baldwin, los gatos están presentes en el registro arqueológico de Egipto desde el período predinástico, hace casi 5.000 años.

Es probable que los gatos estuvieran tan entrelazados con la vida egipcia por razones prácticas: la agricultura atraía a los roedores, lo que atraía a los gatos salvajes. Los humanos aprendieron a proteger y valorar a las criaturas que mantenían sus campos y graneros sin roedores.

Descubrimiento

Anteriormente, se han encontrado gatos enterrados en tumbas humanas, aunque la relación exacta entre gato y humano no siempre es clara. Algunos gatos fueron enterrados con ofrendas, lo que indica que alguien estaba planeando las vidas posteriores de los animales. El descubrimiento reciente es uno de los ejemplos más antiguos hasta la fecha de un entierro de gato.

Dentro de la tumba, los arqueólogos encontraron docenas de gatos momificados, 100 estatuas de gatos de madera doradas y una estatua de bronce que representa a la diosa de los gatos, Bastet, así lo informó Laurel Wamsley en NPR.

También encontraron escarabajos momificados, igualmente sagrados para los antiguos egipcios, y una tumba de la Quinta Dinastía potencialmente intacta que los arqueólogos pronto planean abrir, informó Reuters.

Otros hallazgos incluyen estatuas de una vaca, un halcón y un león, así como sarcófagos con cobras y cocodrilos momificados. También había 1.000 amuletos y frascos de cerámica llenos de utensilios de escritura, así como varios entierros humanos.

Fuentes:

Jstor

Smithsonian