Dō significa camino, y todas las artes tradicionales japonesas se basan en esta concepción: lo importante es disfrutar del camino. Aprender las técnicas de esta cultura tiene un objetivo más profundo, relacionado con el desarrollo de la personalidad y la capacidad de vivir en paz, armonía y plenitud.
Alcanzar el dominio de las disciplinas puede llevar décadas y décadas de práctica pero, bajo la influencia del zen, los japoneses encontraron los secretos para llegar a la plenitud en la simplicidad y la imperfección.
Si bien cada ser humano define la felicidad a su manera, estas son las 5 disciplinas que, desde Japón, nos pueden enseñar a reconocer la sabiduría del momento presente y dejar ir la ansiedad por el futuro y la nostalgia por el pasado.
KOH DO: EL CAMINO DEL INCIENSO
El kōdō es un auténtico arte japonés y consiste en una ceremonia en la que se disfrutan las fragancias y se cultiva la sensibilidad y la capacidad de apreciarlas. Se usan maderas aromáticas de aloe y sándalo en una habitación tranquila, donde los participantes se dedican a sentir. Esta experiencia permite calmar la mente, dirigir la mirada hacia el interior y elevar el espíritu.
KADO: EL ARTE TRADICIONAL DEL ARREGLO FLORAL
También conocido como ikebana, este camino no se limita a crear bellos y estéticos arreglos florales, sino que busca vivir en comunicación con la naturaleza. Observar las flores y dedicar la atención al proceso de creación es una meditación activa, que conecta a sus practicantes con los ciclos de la vida.
SADÔ, LA CEREMONIA DEL TÉ
Cha-no-yu o chadō, es el arte japonés más conocido del mundo y un pilar fundamental de su cultura. Servir el té es un culto al arte y un ritual de reflexión y auto conocimiento. Las ceremonias transcurren casi en completo silencio para concentrar sus sentidos en el momento presente y así, purificar el alma y alcanzar un estado de armonía con el universo.
KYUDO, EL CAMINO DEL ARCO
Los japoneses lo describen como “el zen de pie” y consiste en mucho más que la práctica de arquería: busca el desarrollo moral y espiritual de sus practicantes, que ejercitan el cuerpo y el espíritu a través de los gestos que realizan y que, finalmente, culminan en el disparo de la flecha. Sus tres objetivos son el shin (la verdad), el zen (el bien) y el bi (la belleza).
SHODO, EL CAMINO DE LA CALIGRAFÍA
Un pincel de bambú, un tintero en el que se prepara la tinta china sacada de una barrita, un pliego de papel de arroz y un pisapapeles son los elementos necesarios para practicar este arte milenario que Japón ha adoptado de la caligrafía China. Quienes se entregan a esta disciplina y se adaptan a su delicado proceso, pueden alcanzar la plenitud y la paz interior.
¿TE GUSTARÍA PRACTICAR ALGUNa de estas disciplinas?
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